Estaba todo el equipo del Karasuno reunido en el pabellón masculino esperando por el profesor.
–¡Buenas!, perdon por el retraso– se disculpó este–. Os traigo una noticia.
Ante todo el revuelo que se estaba formando el capitán tuvo que poner orden.
–Gracias, Sawamura. Bueno, cómo iba diciendo, nos han ofrecido una propuesta para ir a enseñar volleyball a una escuela en España.¿Estáis todos de acuerdo en aceptar?– pregunto.
–¡Si!– exclamó todo el equipo.
–¡Perfecto! Mañana os traigo los papeles del permiso para que lo firmen vuestros padres y toda la información restante.
–¡Muy bien! Dicho esto ¡a entrenar!
–¡Vamos!
{...}
~una semana después en España~
–Hola, profe– saludo nada más entrar en el gimnasio.
–Buenas ¿Que tal?– le devolvió el saludo con una sonrisa.
–Bien un poco aburrida.
–¿Y eso? ¿No vino nadie a clase?
–Solo vino Alba, Óscar y yo– le explicó.
–Bueno no pasa nada, hoy vamos hacer un poco de volley o si no buscamos otra cosa.
–No, yo quiero volley.
Ella y el profesor rieron.
–Pues sabes, para la semana vienen un equipo de volley de Japón a enseñarnos un poco de este.
–¡Que guay!
Dicho esto ella y sus compañeros, junto al profesor porque eran impares, se pusieron a juagar volleyball.