♡★| 00 |★♡

162 19 5
                                    

Este día se había levantado de mala ganas, ya que su querido –despreciable– padre que le había mandado –obligatoriamente- como representante a una aburrida reunión de empresarios

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Este día se había levantado de mala ganas, ya que su querido –despreciable– padre que le había mandado –obligatoriamente- como representante a una aburrida reunión de empresarios.

Estaba ya cansado de escuchar hablar a esos viejos verdes con trajes caros y adolorido por estar tantas horas sentado en una de esas sillas incómodas. Y cuando terminó salió como alma que lleva el diablo de esa oficina que lo asfixiaba con el olor a vejez.

—Cuatro y quince —murmuro viendo el reloj digital en su muñeca y empezó a caminar como un zombie –a lo que le era normal–, y sintió su estómago rugir de hambre, pues era hora de almorzar.

No deseaba tomar el auto que le había dando su señor padre, para él era cansado manejar ahora, así que tomo la decidió de caminar y buscar algún lugar donde sea que encontrara comida. Estaba por cruzar por la esquina de un callejón pero algo o más bien alguien se puso en su camino y choco con aquel blondo, haciendo a ambos caer al suelo de trasero. Rei oyó un quejido del tipo que se atravesó en su camino y luego sintió que lo alzaban del brazo.

—Lo siento, señor pero voy llevando tarde el pedido —dijo la persona sin ver al otro para luego salir corriendo dejado al azabache tan confundido de lo que acaba de pasar y suceder, este le vio alejarse tan rápido que solo pudo ver un poco su rostro pero muy bien su color de cabello como su vestimenta.

—Tch, idiota y distraído —Rei musito, mientras se limpiaba el polvo inexistente de los pantalones y volvió oir el rugido de su estómago—. Ay, tengo mucho hambre.

Soltando unas cuantas maldiciones más por su trasero adolorido, siguió su caminar y sus ojos azules buscaban algún puesto de comida, aunque sea comida chatarra y que enfermara días después, ya que él era una persona humilde y comía lo que sea, no como su viejo, que todo lo que no sea de lujo u valiera millones, era asqueroso y basura.

Caminó casi media hora para encontrar una pequeña cafeteria de muy buena facha. Así que, importandole poco llenarse de cosas dulces para tener el estómago lleno, con paso lentos –tan dramático el baboso–, camino hacia la entrada y entro al establecimiento, se dirigió directamente a una mesa vacío y se dejó caer en el asiento, cerro los ojos y empezó a regular su respiración por tomar la elección de caminar.

—Lo siento, Tanaka-san. No se volvera repetir —escucho el Suwa a lo lejos de él y giro la cabeza, dirigiendo su vista hacia donde escucho esa voz un tanto familiar.

Y allí, de cabellera rubia y un poco más alto que él, de un muy buen físico como al igual de figura, se encontraba un chico de espada que hablando con la que parecía ser la dueña de la cafetería y jefa del chico que hacia reverencias seguidamente hacia la mujer mayor.

—Esta bien, muchacho, no es necesario hacer eso —detuvo al menor tomándole de los hombros, mirándole con compresión y calidez—. Solo ponte a trabajar, ya arreglaré ese asunto. No debes preocuparte más, solo debes de hacer eso con lo que tienes a cargo ahora ¿si? —el rubio asintió a lo dicho, mirando sus pies. La mujer le extendió la única prenda que faltaba al uniforme de los trabajadores de su puesto—. Vamos, ponte el mandil y atiende al joven que se encuentra en la mesa díez hace unos segundos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 20 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

The Crimson Eyes Boy | ▫️[ REIKAZU/REIZUKI ]▫️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora