001- Desde Cero. 🌿

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No importaba a donde fuera, que tan lejos fuera, a quienes conociera, jamás me sentía pertenecer. Talvez mi inconformidad se debía a que, en primer lugar, el mundo no era bueno para mi...

... La verdad era que yo parecía ser el problema, yo no era buena para el mundo.












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He vivido en muchos lugares distintos, continentes distintos, países distintos, ciudades distintas. A mis 17 años había vivido las que parecían ser cien vidas, y realmente estaba cansada de ello, de todo en realidad, justo a eso se debía mi decisión de mudarme a un lugar como Forks. Era un pueblo pacifico, frío, rodeado de bosque y alejado de las tumultuosas ciudades. Era cansado intentar encajar con tanta gente, aquí esperaba al menos estar en paz.

Hace 3 años le había pedido la emancipación a mi abuela, quien ha sido mi tutora desde que mi madre murió cuando tenía 9 años, ella no se rehusó a dejarme ir, siendo consiente de que simplemente París había dejado de ser mi hogar hace ya mucho tiempo. No aprobó el pedido de emancipación, obviamente, ella deseaba saber que estaba bien, deseaba saber que pasaba en mi vida y sentía la necesidad de cuidarme, aunque no es como si no hubiera estado sola antes, lo sabía bien.
Rápidamente resolvimos como sería todo, como la mantendría al tanto y me desembolveria sola en el extranjero, lo cual duró exactamente 5 semanas de planificación y asuntos legales, sin poder contenerme tome la desicion de dejar el continente la misma tarde que todo por fin estuvo en orden.

Mi madre contaba con varios edificios de apartamentos y acciones en distintas compañias que yo había heredado luego de morir, razón por la que un juez pudiera haber decidido que podría mantenerme por mi cuenta, claro, ocultandole todo lo respectivo a mi diagnóstico psiquiátrico. Si se hacía mención de ello tendría suerte de que el juez no se riera en mi cara, pero mi abuela sabía que era necesario, que no sobreviviría atrapada en esa cuidad y del como no le permitiría renunciar a su exitosa vida por ir conmigo. Siempre estuve sola, pero ahora almenos también era libre.

Hace apenas un mes tome la decisión de mudarme, y hace unas 3 semanas compre una bonita casa en el pueblo, me había inscrito en el instituto y había arreglado todo para alojarme en el lugar. Todas mis cosas estaban ya en la casa, lo único que tenia conmigo era un bolso de mano y una pequeña maleta con lo básico.

Luego de un cansado vuelo de Fremont, donde había vivido por casi un año, a Washington, iba en un taxi rumbo a lo que esperaba fuera mi hogar de forma permanente. El lugar era bonito sin duda, el misterioso cielo nublado de esa mañana, el paisaje verde que se extendía por doquier, las calles poco pintorescas y el agradable olor a tierra mojada era acojedor. Amaba los lugares fríos, la lluvia, los tranquilos bosques y lo que fuera tan diferente a la ostigante tierra francesa en que nací.

Cuando estuve frente a la preciosa casa de madera blanca y tonos tierra me sentí aliviada, nunca la había visto en persona antes, solo en fotos, un agente de vienes raíces hizo la búsqueda y compra por mi, pero por alguna razón sentía que no era la primera vez que estaba ahí. El taxista me ayudo a bajar la maleta, y luego de agradecerle se marchó, dejándome frente a la puerta de la que ahora era mi casa.

Al abrir pude ver como fue una buena decisión haber hecho que limpiarán y ordenarán los muebles antes de mi llegada, porque aunque tendre que organizar lo demás, no tendré que poner todos los pesados muebles en su lugar, tendria que organizar los de la sala, mi habitación y estudio, además de decorar por mi cuenta, pero almenos no tendré que mover los de la cocina o las pesadas cajas de instrumentos que encargue dejaran en el ático. Luego de dar un recorrido por la casa, deje mi maleta y balso en el cuarto que sería mi habitación y decido ponerme a arreglar todo de una vez.

She is an Angel. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora