005- Hola (Parte 3)⭐

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                                °°°

Mi día siguió de forma normal, sin toparme con ningún cegador Cullen, agradecía aquello, el efecto de esa familia me inquietaba y la verdad lo último que necesitaba era alterarme y terminar con una molestia más.
Cuando la última de mis clases termino tome apresuradamente mis cosas y me dirigí a la oficina del director para poder entregarle a la secretaria mi cartilla, casi completamente firmada.
Al entrar vi a la agradable señora en su escritorio, perdida en su celular.
-Hola- dije educadamente, algo apenada por la interrupción. Ella solo levanto la vista y acomodo sus viejos lentes antes de dedicarme una sonrisa amable, aunque parecía también algo apenada, no pude evitar sentir algo de gracia.
-Dime, como fue tu día?, algun problema? - dice cordial.
-Me fue bastante bien, gracias-respondí de igual forma -Aquí esta la cartilla- Se la acerque - Esta completamente firmada, menos por la de los dos maestros de las primeras clases a las que no pude asistir esta mañana-
Ella la miro por un instante y asintió.
-No importa, con esto esta perfecto- me aseguro.
-Bien. Hay algo más? - pregunto, esperando ansiosa una negativa.
-No, es todo cariño, puedes irte- me dice mientras se dedica a gudardar la cartilla en un folder.
- Entonces gracias, que tenga feliz resto del día Señora Maison- me despedí con una sonrisa, saliendo por fin de allí, tenia algo de miedo de encontrarme con el director y que iniciará alguna larga conversación sobre mi primer día.

Al salir del instituto me dirijo ya más calmada al estacionamiento. "Me pregunto si debería ir a algún lugar a comer? esta puede ser una oportunidad para conocer alguna buena cafeteria o restaurante cerca de la escuela" la idea me alentó, por lo que decidí que al subir a mi auto lo primero que haría sería buscar en Google algún lugar por aquí.

Cuando casi llegaba a mi vehículo sentí a alguien tocar mi hombro. Algo sobresaltada me gire en dirección al toque, encontrándome cara a cara con Edward y justo detras de el a todos sus deslumbrantes hermanos "¡Mierda!" maldije internamente.
- Perdón por asustarte Roxane- dijo él, apenado y preocupado, pareciendo más exaltado que yo misma. La reacción de los demás era justo igual, no me gustó como se veían de esa forma, aunque claro, eran igual de hermosos, pero no se sentía nada bien.
-No te preocupes, solo estaba algo distraída- sonreí intentando ser reconfortante.
Sus expresiones se relajaron y yo también.
El chico de pelo cobrizo siguió con expresión apenada, aunque de cualquier forma volvió a poner una sonrisa en su bonito rostro.
-Ya conoces a Jasper por lo que se- dijo mientras este me saludaba dando un paso más adelante. Yo le devolví el gesto sin poder evitar ponerme contenta.
-Nos volvemos a ver- le dije al rubio divertida.
-Debo de tener muy buena suerte- me respondió tambien divertido, yo solo pude sonreir más ampliamente, no tenía idea de como evitarlo.
-Estos son mis demás hermanos- volvió a hablar Edward mientras me señalaba con la cabeza a los demás Cullen a su espalda. Estos salieron de detrás de él y pude ver la total diferencia de sus expresiones faciales, Emmett parecía nervioso, extraño para alguien que parecía ser el típico jugador estrella del equipo de rugby, Rosalie parecía algo perdida, mirándome con incredulidad inyectada en sus ojos y Alice, bueno, ella parecía tan feliz que sentí deseos de apuñalarme por sentir tan ridículo crush por su novio, hermanos y ahora ella misma. Lo peor de todo era que ahí estaba, el sentimiento de asfixiante deslumbramiento, la sensación de hipnosis, la falta ilusoria de gravedad y el desesperado latido de mi corazón, por el que temía ser descubierta al tenerlos frente a mi. Creo que pude confirmas mis dudas, este tenía que ser el efecto Cullen, toda esta familia parecía tener el extraño poder de descolocarte hasta la médula.

Sin dudas puedo decir que ahora estaba completamente loca, que mi cerebro acababa por fin de descomponerse en su totalidad, porque incluso con la sensación de perder la fuerza en mis piernas y del martilleo insesante de mi latir, me sentía cómoda, cómoda de una forma que nunca e conocido, ni siquiera en mis primeros años en casa de la abuela experimente tal sensación. Podía sentir como si de alguna forma todo estuviera en orden, que este era el lugar correcto donde debía estar, que lleguar a Forks fue la decisión correcta.

She is an Angel. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora