— ¡Nos vemos mañana!—. Serena se despidió de sus amigas cuando salió de los edificios de la universidad, comenzando así a caminar por las aceras.
Recordó que su madre le había pedido que fuera al súper mercado a comprar unas cosas que hacían falta en la casa, por lo que en lugar de tomar rumbo a su hogar, decidió irse de una vez hacia el super mercado.
Habían pasado cinco años, ahora tenía veintidós. Estaba estudiando en la universidad política para el futuro que le esperaba dentro de uno o dos años. Sin embargo, encontraba ese futuro muy poco probable al Darién aún no volver de Estados Unidos.
Hace cinco meses volvió al extranjero después de terminar las vacaciones, pero desde hacía una semana que se suponía que los exámenes que tenía ya hubiesen terminado, aún no sabía nada.
Aún así...
Estaba decidida a esperar.
De eso no había duda. Sabía que en cualquier momento él le diría que iba de regreso a Japón, y a partir de entonces podría vivir el resto de su vida junto a su amor eterno. No le importaba el hecho de tener que esperar tanto tiempo; si ese tiempo valía la pena para volverlo a ver y estar a su lado, esperaría todo el tiempo posible.
Salió del supermercado con una bolsa llena de las cosas que debía comprar. Ya estaba atardeciendo, poniéndose el cielo de colores naranjas y al fondo azules oscuro. Quería apurarle para llegar a su casa, pues no le gustaba andar de noche por las calles con el tremendo frío que hacía.
Pidió un taxi para que la llevara, llegando a su casa en menos de unos diez minutos.
Sin embargo, había alguien a unos metros de la entrada. Era alto, muy alto a decir verdad, tal vez unos quince centímetros más alto que ella. Tenía cabello corto bien peinado, de color negro azabache oscuro. Mientras que su piel era entre clara y morena a la vez. Estaba bien vestido, con un saco de color café y un pantalón de color negro, que combinaba a la perfección con sus zapatos del mismo color.
— No puede ser...—. Salieron las palabras de sus labios en un susurro lo suficiente alto, para que aquel hombre se girara para verla.
Sus ojos azul zafiro se encontraron con los ojos azules de Serena. Sus labios se abrieron un poco al verlo allí, simplemente no podía creerlo. Sintió la emoción crecer en su pecho, donde su corazón empezaba a latir con fuerza y rapidez. De inmediato las lágrimas apareciendo en sus ojos, creciendo una sonrisa de felicidad en sus labios.
— ¡Darién!—. Dejó las bolsas en el suelo, comenzando a correr hacia él para envolverlo en un abrazo lleno de emoción. Frotó su cabeza contra el pecho del dueño de su amor, como siempre solía hacerlo.
— Serena—. Él también la envolvió con sus brazos en un abrazo, antes de tomarla por la cintura para alzarla y besar sus labios.
Los brazos de Serena pasaron por su cuello para responderle el beso con gran felicidad. Y al separarse, se miraron en silencio por unos segundos, ambos con una sonrisa en su rostro.
— ¿Ya volviste...? ¿Te quedarás a...?
Puso su dedo índice sobre los suaves labios de Serena para hacerla callar—. Volví para estar a tu lado por el resto de nuestra vida, ¿te parece?
No respondió, Serena se bajó de sus brazos para volverlo a abrazar con fuerza y gran felicidad.
Ahora vivirían una vida juntos.
— Te extrañé...—. Susurró aferrándose a su pecho, sintiendo el aroma de su amado. Él besó su cabeza con dulzura, en forma de decirle que también la había extrañado.
Son 600 palabras, no es mucho. Es solo un One-shot de mi queridísima pareja. Sé que la semana del UsaMamo es dentro de mucho, pero no me importa. Quiero hacer ésto porque sí.
ESTÁS LEYENDO
Te extrañé [One-shot Sailor Moon]
FanfictionDarién volvió de Japón sin decir nada para darle una sorpresa a Serena. [Los personajes no me pertenecen, son de Naoko Takeuchi creadora de la grandiosa serie Sailor Moon 🌙].