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Hyunjin bailaba desde pequeño, competía muy a menudo con la academia prestigiosa a la que asistía, también incursionaba nuevos géneros cada vez que podía, le gustaba instruirse y quería ser el mejor, pero en la primavera de sus veinte años algo cambió en su vida. 

La competencia de baile de salón había iniciado y Hyunjin se encontró junto a su compañera Sungkyung esperando su turno para entrar a bailar.

Sungkyung era una alfa que destacaba en todos sus ritmos al igual que él, llevaban siendo compañeros desde la adolescencia, a pesar de que ella era mayor por casi dos años. 

—hay rostros nuevos—comentó mientras daba una larga mirada alrededor, era la única mujer que llevaba labial rojo, combinaba con sus zapatos de tacones. 

Y por supuesto, combinaba con el traje carmesí que Hyunjin llevaba puesto—es una competencia nacional, mi madre dice que aparecerán rivales. 

—si no lo hubieran seria demasiado sencillo—la alfa murmuró, acomodando su cabello corto y oscuro—es nuestro turno de entrar a la pista. 

El omega asintió, tomando de la mano de la alfa. 

Hyunjin se había presentado como omega a los doce años, pero para nadie  fue una sorpresa, había algo en su presencia elegante y frágil que lo delataba, aunque Hyunjin nunca se consideró a sí mismo frágil.  

Sus padres habían trazado un futuro perfecto para él, continuaría con su carrera de bailarín hasta los treinta años y para ese momento sus padres habrían encontrado al alfa perfecto para que contrajera matrimonio y Hyunjin estaba bien con ello, se asentaría y tendría hijos, quizás más adelante volviera a la danza para dar clases. 

Como omega no tenía muchas más posibilidades, sus padres sabían lo que era correcto para él o de lo contrario entonces seria un alfa. 

Las parejas se acomodaron en sus lugares y la música comenzó, los ojitos finitos de Hyunjin se ampliaron cuando una pareja se aventuró a pasar junto a ellos totalmente desquiciados, iniciaron con una rutina intensa que se robó la atención de todo el público y que por un instante logró que el omega perdiera la compostura, sin embargo, Sungkyung le gruñó para volverlo a sus sentidos y funcionó. 

¿Quiénes eran? se preguntó cuando la primera ronda finalizó, desesperadamente los buscó con la mirada, cabellos rubios y ligeramente largos. 

Hyunjin lo encontró al otro lado de la pista, un chico de baja estatura con el rostro cubierto de pecas y con un traje de terciopelo color rojo, casi como el suyo, estaba compartiendo una botella de agua con su compañera, una chica de piel blanca como la porcelana y cabello oscuro y corto justo como el de Sungkyung. 

—¿quiénes son?—preguntó interesado. 

La alfa negó con la cabeza—no lo sé. 

Felix y Sooyoung se llevaron la mayor cantidad de puntos acumulados en esa fecha, Hyunjin supo sus nombres cuando revisó el tablero de puntajes. 

—no te estreses, tenemos una buena acumulación de puntos también—Sungkyung aseguró. 

El omega asintió y miró más allá de la multitud, el chico de cabello rubio era omega también, pero podría haberlo descubierto sin esforzarse demasiado. 

Hyunjin era competitivo, no le gustaba que otro omega robara la atención que tanto se había esforzado por atraer, no se sentía cómodo con ser comparado con otro omega, él y Felix eran totalmente distintos, tenían técnicas y personalidades completamente opuestas, Hyunjin se encargó de confirmar eso revisando todas las entrevistas que le habían hecho e incluso buscando sus redes sociales. 

breakfast hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora