¿Conoces el poder de la curita?
Cuando era niña me gustaba subir a los arboles y quedarme en silencio, solo observando todo a mi alrededor. Hacia que no me sienta tan pequeña, desde ahi arriba no podian lastimarme, tardaban en llegar a mi asi que tenia mi tiempo para prepararme. Asi fui creciendo, resguardandome de mi alrededor.
Nadie podia lastimarme porque estaba en lo alto, todavia recuerdo la mirada de mamá cuando llegaba a casa con la rodilla raspada.
- Te dije que no te subieras al arbol, es la tercera vez en esta semana- escucho sus palabras mientras un rastro frio y mojado recorre mis mejillas y es necesario solo eso para que deposite un beso en mi nariz y vaya a por el maletin de primeros auxilios.
- Curitas- murmuro sonriendo ligeramente.
Las curitas siempre calmaban el dolor de mis heridas y las protegia de seguir lastimandome.
Amaba las curitas.
Con el paso de los años aprendi a ponerle una curita ha cada grieta de mi corazón y seguir como si nada. Con la cabeza en alto, no desistia porque creia en el propósito de las existencias de las curitas, no solo para heridas superificiales sino también para esas que nadie podia ver.
LuCiLa~