Todo comenzó cuando tú tenías diez y yo seis años. No me arrepiento de haberte invitado a dormir a mi casa ese día de lluvia, te tomé confianza y cariño desde que te conocí ese día en una presentación de la primaria.
❤️𝓑𝓪𝓳𝓸 𝓵𝓪 𝓛𝓵𝓾𝓿𝓲𝓪💙
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No me quiero ir, realmente no quiero. Me siento tan mal ahora mismo. Siento que mi mundo se vino abajo. Tener que despedirme de amigos, de mi escuela, la gente que me quiere. Sofía, alguien que conozco desde la cuna, mi mejor amiga y cómplice, alguien muy divertida e inteligente, amable, tierna, comprensiva y sobre todo, un gran compañía, y... Raptor. Ese chico tan amigable, mi mejor amigo y segundo cómplice, alguien que me ha apoyado sin importar qué. Diciéndome y guiándome hacia las cosas buenas, y como a pesar de que la vida no nos da los regalos que esperamos, el verdadero regalo es la vida misma.
No saben cuanto los quiero a ambos. ❤️
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Unos días después, me encontraba empacando mis cosas con lágrimas de enojo, dolor y frustración en mis ojos, cuando escucho a alguien tocar la puerta de mi cuarto. No quería ver a nadie, ni a mi madre, no estaba enojada con ella, solo estaba... siendo muy inmaduro. Sabía que tenía que entender que en Colombia tendríamos una mejor vida, ella un mejor trabajo y sueldo, yo iría a una buena escuela con una educación superior. Pero no estaba preparado para escuchar la noticia de que nos teníamos que mudar. Estaba lloviendo, me gusta cuando llueve, a diferencia de otras personas que consideran la lluvia como símbolo de tristeza, yo lo considero como mi pequeño momento de felicidad y tranquilidad, dejé escapar una pequeña sonrisa. Mientras miraba las gotas de agua tocar el vidrio de la ventana, escuche que tocaron la puerta. Realmente no quería abrirla, no quería que mi despedida de este lugar fuera más difícil de lo ya que ya era. Me armé de valor y abrí la puerta, y... Eran Raptor y Sofía.
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Yo... Juro que no quería verlos... No quería tener que decir "adiós"... No quería despedirme... No quería dejarlos... No quería irme... ¡No los quería dejar!
SPARTA
Me di la vuelta, cerrando mis ojos para no verlos, sin embargo, se abrió la puerta; segundos después, sentí dos pares de brazos abrazándome. Intenté soltarme para no llorar, pero las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos. Me soltaron y me di la vuelta, ellos también tenían lágrimas en sus ojos. Nos quedamos en silencio por un momento. Mi habitación ya estaba vacía y solo quedaba el colchón, así que fui y me tiré, agarré mi almohada y comencé a llorar. Raptor y Sofía se acercaron y me abrazaron, pero esta vez, no intenté soltarme.
Raptor: Por favor, ya no llores,... Se que no quieres irte, tampoco queremos que te vayas...
Sofi: Por favor, ¡intenta que mi tía cambie de opinión! -Decía entre sollozos-
Sparta: No puedo hacer nada...
Hubo un silencio incómodo después de las palabras de Sparta, el ambiente se sentía tan frío. Sparta solo estaba consiente en ese momento, solo sentía los brazos de Raptor y Sofía, solo escuchaba la lluvia que caía con más fuerza por la ventana de su habitación.
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