valzer col diavolo,

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Dónde Harry no cree en las leyendas del viejo pueblo dónde vive...

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Dónde Louis es el diablo que sale a bailar todos los viernes santos.

En el pueblo dónde vive Harry existe una antigua leyenda, es contada por voces en tus oídos

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En el pueblo dónde vive Harry existe una antigua leyenda, es contada por voces en tus oídos. En la cual, los más sensatos deberían sentir miedo de lo que se avecina.

Estas voces son bajas y roncas. En el antiguo pueblo clark solo los viejos habitantes saben de ella. Hay cierto carraspeo en sus gargantas que te alerta del miedo que debes tener.

La luna es una vieja vidente de como aquel hombre llamado Samael, también conocido cómo "el diablo" se deja ver desde las sombras del infierno para dar una lección a todos esos que alguna vez formaron parte de su sufrimiento.

Aunque Harry era un pequeño niño caprichoso que no creía en lo cierto.

Las estrellas en el cielo describen al diablo cómo un hombre jóven, comprobando lo qur dicen todos aquellos que, alguna vez, lograron bailar con él.

En los relatos nocturnos se dice que el diablo es un hombre de piel tersa y suave, con un leve tono acaramelado, en el que parece que el sol baja de su propio reino y le besa cada parte en su cuerpo. Este tiene unos brazos fuertes y una barba corta bien recortada.

Y ¡Oh! cómo lo pude haber olvidado, las alma que alguna vez bailaron con el ente describen sus ojos cómo una sola cosa.

Perdición.

Dicen que tiene un azúl vibrante, como si el cielo junto al mar accediera a vivir en su mirada, es un jodido azul que en las noches se apaga, convirtiéndose en el negro más espeso justo como la oscuridad misma.

Otras personas alardean que es un hombre común con una presencia distinguible, poderosa. Su voz es no tan ronca y tiene en su cara una atrayente sonrisa.

El diablo no tiene larga cola o rojos cuernos, en su lugar, tiene tatuajes que combinan entre lo aleatorio y perfecto.

Se cuenta que hace más de cuatrocientos años salió a bailar un jueves santo; día en el cuál quedó flechado por el alma de un muchacho.

Ese chico era encantador, en sus ojos llevaba dos brillantes esmeraldas. Su piel era linda, lechosa, tenía piernas largas y muslos regordetes que el diablo solía amar y pellizcar, sus mejillas siempre parecían estar sonrojadas, en su cabeza habían unos preciosos rizos color chocolate, mismos que se movían en sincronía cada que bailaba.

Eran un lindo chiquillo de alma libre.

Un alma tan pura de la cuál, el diablo se vió en la obligación de resguardar.

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