𝐿𝑖𝑏𝑒𝑟𝑡𝑎𝑑 // Eren Jaeger X Lectora

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El hermoso sol radiante que iluminaba todo el hermoso campo, donde solo reinaban animales silvestres y la poca gente que había logrado escapar de aquel cruel y pobre lugar. Era un paraíso para ellos mismos vivir en este lugar, no habían grandes cosas, pero el simple hecho de no dormir en la miseria era algo que agradecían siempre.

Una cálida cabaña alejada de todo mal, donde solo existía el cálido amor de una familia unida, la cual siempre vivía su día a día a base de sobrevivencia y con orgullo de si mismos.

—Algún día, verás que todo esto beneficiará tu vida, Alice.

Aunque hubiera lluvia, la palabra rendirse no era una opción, porque había que buscar maneras de vivir sin tener en cuenta el poco dinero que tenían en mano. Una pareja y una pequeña niña, quien era la esperanza de ambos en este mundo. Le enseñaron sus sabidurías para que pudiera reinar aquel lugar sin la ayuda de ellos, pero ignoraron el hecho de que la soledad era uno de los peores enemigos, Incluso nosotros somos nuestros peores enemigos.

—Debes cortar la leña con cuidado.

—¿Así?

—¡Exacto! Esa es mi niña.

Dormir, comer, trabajar las fortalezas era lo único que hacía día a día. No le daban trabajo de más ya que cuidaban su salud más que nada, porque era su pequeña bebé, a quien amaban más que nada en el mundo. Ella sería los frutos de su esfuerzo y dedicación, todo para que pueda vivir mejor que ellos.

—Mamá, ¿Porque vivimos tan alejados?

—Verás... Aveces los humanos no se llevan entre sí, pero lo entenderás mejor en un futuro.

Jane Meyer, una mujer dedicada a su familia y muy buena en la lectura, es sabía en la filosofía y gracias a ello ve al mundo de diferentes maneras, pero tambien logró conocer unas de las partes más oscuras del ser humano. A pesar de todo cree en un dios, en alguien que pueda proteger a sus seres queridos, porque ella vivió la experiencia de casi no contar su delicada historia.

Heinz Meyer, un hombre de grandes esfuerzos, suele trabajar afuera de casa en búsqueda de alimento y materiales. Es un hombre sabio a base de su propia experiencia, pero muy dedicado en lo que se propone. No cree en otros que no sean su familia, porque no cree en segundas oportunidades.

—¿Y yo? ¿Puedo ir con ustedes?

—No pequeña.. Pero te dejamos comida en la cocina.

La pequeña niña jamás entendio el distanciamiento de sus padres a la sociedad, sin embargo jamás dudo de ellos, porque confiaba en sus padres lo suficiente para no desconfiar. No era alguien tonta, su madre le había enseñado y había aprendido bastantes cosas a su corta vida, pero eso no la hacía fuerte mentalmente, aún tenía mucho por recorrer.

Alice Meyer, una chica pelirroja de bellos ojos griseasos con un hermoso brillo en ellos. El cabello era el mismo de su madre y aquellos ojos tan oscuros habían salido de su padre. Era una chica que aprendió a vivir por si misma gracias a sus padres, pero no al cien por ciento, solo sabía las cosas básicas y jamás las había puesto en práctica en la realidad, porque aún no se requería. Ella es una chica de piel clara con un suave rubor en sus mejillas dándole color a su pálido rostro. Es fuerte en lo que puede, capaz de confiar en otros si su corazón lo permite, aún le falta por recorrer y conocer. Gracias a los libros de su madre pudo conocer cosas del deseado exterior.

—¿El exterior es lo que hay más allá del bosque?

—Si tesoro... Algún día conocerás todo.