Serpiente

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Serpiente astuta que engañaste a mi pobre corazón, tu tóxico veneno me hizo perder la razón.

Eres el maestro del dolor, te encanta sobre todas las cosas llamar la atención.
Tu cuerpo es la cubierta perfecta para tapar tus escamas, y tus labios suaves para ocultar tus duras palabras.

De a poco te fuiste deslizando en mi, me clavaste tu veneno; me hiciste dependiente de ti.

Tu que sabias cono lastimar; Yo que creía que  te podía rescatar. Pero no me di cuenta de que en tu veneno estaba la cura, pues no depende de mí, sino de ti;  Si quieres que tu final feliz ocurra.

Mi Grito Es Mi SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora