la soirée de la peur (Booigi One short's)

tangibili e freddi

Luigi tragó saliva con nerviosismo mientras recorría los pasillos de la mansión embrujada con su aspiradora a cuestas. Sabía que King Boo, el rey de los fantasmas, estaba en alguna parte, probablemente preparándose para asustarlo.

De repente un escalofrío paso por todo el cuerpo de Luigi y una sombra paso desde el final de pasillo hasta detrás de él. Luigi se volvió bruscamente y se encontró cara a cara con la figura más alta, quizá incluso más alta que él. Tenía el cabello de color blanco como los pétalos de la manzanilla y los ojos morados brillantes tan parecidos a la luna oscura que apasiguaba el valle sombrío, Luigi podía ser miedoso o algo distraído pero no era tonto Luigi se dio cuenta, para su sorpresa, de que no era un fantasma cualquiera era el Rey de los boo's que ahora parecía ser un hombre de carne y hueso, con una piel pálida y rasgos fuertes. Luigi se sintió ruborizarse al pensamiento de que era increíblemente guapo.

“Bienvenido a mi mansión, fontanero”, dijo el rey con una sonrisa pícara. Su voz tenía un tono melodioso y seductor que hizo que a Luigi se le acelerase el corazón. “Me alegra que hayas venido... Luigi”.

Luigi tragó saliva nerviosamente, incapaz de articular palabra. No podía creer que estaba coqueteando con el mismoKing Boo, el temible fantasma rey, del que se suponía que debía atraparlo y luego buscar las otras cosas que pidió el professor e gadd. Pero en esos momentos no podía pensar en nada más que en esos ojos violeta que intercalavan en otros tonos de morado y en haber encontrado a su enemigo como no había encontrado jamás.

King Boo rio suavemente ante la reacción de Luigi y puso una mano pálida y de leve transparencia sobre su mejilla. Luigi se inclinó más hacia el toque, sorprendido de lo cálido, frío y suave que era.

“No temas, mi querido Luigi”, murmuró King Boo. “Mi reino de las tinieblas es demasiado oscuro sin tu luz”.

Y con eso, los labios de King Boo se posaron suavemente en los de Luigi en un beso que Lo dejó sin aliento. Luigi supo en aquel instante que su misión de cazar fantasmas y lo que sea que E gadd quería había cambiado radicalmente. Y no podía imaginar nada que le gustase más.