No hay manera de expresar lo que siento de una forma concreta y con una sola palabra, simplemente añoro ecos del pasado convertidos en fragmentos. los cuales un día me hicieron feliz y que con el paso del tiempo se han ido perdiendo y fragmentando aún más. Olvidados en la oscuridad de algún rincón para regresar repletos de luz en una noche en vela. En el mejor y en el peor momento arrojando un brillo en tus ojos. trayendo de vuelta esa alegría enmascarada de tristeza. La cual no es producida por él, sino más bien por la gente que te acompaña y que por circunstancias de la vida ya no están.
Amigos que una vez fueron más que familia y con los que ahora desearías poder pasar cinco minutos. Que vistos desde fuera no son nada, pero desde la propia perspectiva te reparan hasta el alma, solo cinco minutos con los que dormir se convierte en un juego de niños, con el que sólo piensas cuando los volveré a ver y que alegría verlos de nuevo. Y aún con esas nunca será demasiado tiempo estando con ellos.
