En la penumbra de la noche cierto joven yacía en su cama con los ojos abiertos. Los constantes pensamientos en su mente eran tan abrumadores que era incapaz de caer en un plácido sueño.
Salió de aquella cama y de la parte inferior de su mullido colchón, extrajo una prenda de vestir de tono negro, específicamente una fina remera, en la que hundió su rostro para aspirar ese dulce aroma, sirviendo como analgésico a su pobre alma que sufre por amor y culpa.
El asunto era sumamente agobiante para él y aunque intenta no pensar en ello, es sencillamente imposible, en especial porque convive a diario con el objeto de sus pensamientos ¡Cómo ama a ese hombre,pero cómo odiaba amarlo!
¿Existiendo tantas personas en el mundo tuvo que que terminar enamorado del menos indicado y del más prohibido? ¿Acaso el factor de lo prohibido lo impulsó a tal sentimiento? ¿Es un capricho de su parte? Más y más preguntas de esa naturaleza aturden su cabeza está noche de verano. Interrogantes a las que no puede dar una respuesta.Se siente perturbado, un tonto,por estar perdidamente enamorado del esposo de su mejor amiga.
Esta seguro que no fue amor a primera vista, apesar de contar con un par de ojos verdes bastantes llamativos y peculiares. La primera vez que lo vio jamás en la vida hubiera siquiera pensado que ese hombre podría ser una especie de amor para él.
Él sabía que parte de sus sentimientos eran su culpa, negar todo cuando los sentimientos se manifiestaron, cuando empezó a parecerle perfecto pese a sus evidentes defectos.
¿Como iba a decirle a su amiga qué se había enamorado de su esposo? No era capaz de arruinarla felicidad a su amiga por más infeliz que sea.
No había podido mirarla a los ojos cuando le contó sobre su casamiento y menos cuando le confesó sobre que estaba embarazada. Se sentía tan culpable de no poder compartir la felicidad con su amiga.
Todas las noches deseaba olvidar ese intenso sentimiento de amor. La culpa de estar mintiendo con cada palabra, al mundo y sobre todo a su amiga, junto con el odio y envidia de que ella pueda ser feliz con él lo consumían, pudriendolo por dentro.
Él lo había conocido primero, él los había presentado para que sean amigos y no novios, mucho menos para que sean esposos y posteriormente padres. ¿Era su culpa por ser diferente a la sociedad esperaba? ¿Su culpa por no poder ser "ella"? No quería enamorarse, nunca lo quiso, pero tampoco pudo controlarlo cuando por accidente sus labios se encontraron en su beso.
Todavía recuerda como su amigo le contaba la idea de cómo le iba a proponer casarse a su novia luego de cinco años de relación. Recuerda que sola asentía con la cabeza ya que el nudo en la garganta le impedía hablar, sabía que si lo haría se podría a llorar sin poder controlarlo.
Recuerda como su amiga lo invito a una reunión para festejar la noticia. Al llegar su amiga vino emocionada demostrando su anillo de oro en su dedo anular izquierdo.
—¡Rodrigo me pidió matrimonio!
—Qué bueno Sol.
Durante la celebración se dedicó a ser un mero espectador de la felicidad que le gustaría tener a él. Odiaba tener que refugiarse en el alcohol para bloquear su realidad.
Recuerda cuando de jóvenes una noche de invierno, en su casa, su amiga le prometió que él sería el padrino de su hijo. En ese momento se emocionó y no podía esperar a que pase. Ahora ya era padrino de su hijo, pero no tenía esa felicidad que hubiera deseado, le dolía por parte de sus sentimientos.
Pasó sus manos por su pelo, estaba frustrado. Quería dormir, pero a su vez no quería que la noche pase debido a que tendría que ver al culpable de sus desvelo, ya que era su cumpleaños.
Agarró un cigarrillo y lo prendió, agradecía dejar la ventana abierta para que la habitación no se llenara de humo.Aspiro el humo y el sonar de su celular rompió su burbuja depresiva. Vio el nombre del contacto, era Rodrigo. Atendió la llamada sin ganas mientras seguía consumiendo el cigarrillo.
—¿Qué onda pa?
—Amigo Sol es una estúpida.
—Ya, ¿Qué paso ahora?
Ivan no quería escuchar más peleas de ellos dos. Casi todos los días discutían por cualquier cosa. Para su mala suerte él tenía que escucharlos en estas situaciones diariamente.
—¿Te acordas del pibe Sebastian?
—¿El de su laburo?
—Ese.
—¿Qué tiene?
Aspiro el humo y miro la luz de la luna sin ganas.
—¡Tenía razón! Ellos tenían algo.
—¿Así? ¿Qué paso ahora?
Ivan se levanto de la cama y abrió la puerta del balcón para sentarse en uno de los sillones que tenía. La noche estaba en silenció. Terminó el cigarrillo y prendió otro, necesitaba calmar su ansiedad, odiaba tener a Rodrigo cerca, ya sea con su voz, su mirada o presencia.
—Tienen una relación boludo.
—Wow,¿Qué vas a hacer ahora?
Realmente no tenía ningún asombro, esto ya había ocurrido anteriormente, pero se terminaban pidiendo perdón como solución al problema.
—No sé, ya es la quinta vez que ocurre esto. Yo la amo, pero esto me duele muchísimo.
—Vos también hiciste lo mismo Rodrigo.
Aspiro el humo para soltarlo mientras tiraba su cabeza con los ojos cerrados hacia atrás apoyándola en la pared.
—Solo nos dimos un beso Ivan, estábamos muy en pedo.
—Bueno.
Habló intentado no prestarle mucha atención al asunto.
—Reitero, ¿Qué vas a hacer?
Añadió abriendo los ojos y mirando el paisaje de la cuidad, amaba vivir en un octavo piso donde podía observar la hermosa cuidad.
—Ultima oportunidad, más que nada por Nicolas. No quiero que viva una separación de su padres, aparte Sol es capaz de dejarme sin verlo.
—Tranquilo no me tenes que explicar.
—Amigo me tengo que ir, mañana nos vemos y gracias por escucharme.
No se dignó a responder por lo cual corto la llamada, tiro el celular al otro sillón libre. Respiro hondo, no sabia en que momento había empezado a llorar pero no lo podía controlar, odiaba tanto la palabra amigo.
ESTÁS LEYENDO
𝐼𝑛𝑠𝑜𝑚𝑛𝑖𝑎 ᶜᵃʳʳᵉʳᵃ ˣ ˢᵖʳᵉᵉⁿ
RomanceUna noche de verano donde Ivan no puede dormir debido a los pensamientos que lo atormentan. --- ╰►La historia contiene modismos argentinos ╰►Ninguna adaptación estará permitida sin mí aprobación