𝐂𝐚𝐩. -𝟐

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Primera impresión - 1.

— Es un hermoso niño, su fino pelo rojizo es tan delicado, no puedo esperar a ver esos hermosos ojos. — Hablo una mujer de cabello recogido en un chongo y sobre encima de su cabeza una cofia adornaba este. Usaba una vestimenta blanca por completo, era un vestido que llegaba sobre bajo de las rodillas.

Aquella mujer que, por lo que suponía; era una enfermera. Me estaba meciendo de lado a lado mientras me tenía en sus brazos, la verdad era un poco estresante escucharla que me tirara cumplidos y me mimara a cada rato, aunque mi cuerpo reaccionara feliz y soltara risas de alegría.

Luego de unos minutos más, la mujer me fue a dejar en una de las tantas cunas que había en aquel cuarto, pero enserio ¿Por qué hay tantas cunas? Era lo que me preguntaba, entiendo, este podría ser un hospital y estaba en la sala donde ponían a los niños, pero saben; siempre he tenido entendido que los niños al nacer deberían estar con sus madres, pero yo ya llevaba unas horas con la enfermera que debes en cuando atendía a otros niños y en ningún momento desde que nací pude ver a mi nueva madre.

Finalmente, al sentir la suavidad de la cama, me empezó a dar sueño. Me quede dormido y nuevamente al igual que cuando estaba en el vientre de mi madre, comencé a tener recuerdos de mi vida pasada, siempre claros en cuanto a la calidad y sonido de estos...

...

time skip 2 años

Actualmente pasaron dos años desde que llegue a este mundo, dos años en los que desgraciadamente y lo digo así, no eh salido de una maldita instalación, por lo que tengo entendido hasta ahora, estas instalaciones se llaman The house of roses, que vendría siendo ¨La casa de las rosas¨; la verdad no tengo idea de porque se llama así si no e visto ninguna rosa, solo el logotipo estampado en los vestidos que usan unas mujeres para cuidarme a mí y al resto de niños que duermen conmigo. 

En lo eh estado aquí, nunca pude ver a mi supuesta madre, no he salido o llegado a interactuar con otras personas aparte de mis hermanos de crianza, las únicas que nos cuidan son 3 mujeres quienes se hacen llamar ¨Madres¨ cosa que me extraño. Desde que comencé a vivir aquí, pensé que este era una especie de orfanato, pero con cada día que pasaba me fui dando cuenta de que no lo era, no uno común...

— Pequeño Lein ¿acaso no tienes hambre? — Pregunto con una voz dulce la mujer de pelo azabache, quien me estaba mirando mientras me sostenía en brazos. — Debes comer, para que puedas ir a jugar con tus hermanos.

Había estado tan sumergido en mis pensamientos que no había tomado el biberón que me habían dado, solo había estado mirando a un punto fijo en concreto. Sin mucho que decir empecé a tomar aquel biberón, la verdad poseía un horrible sabor, pero tenía que tomarlo de todas formas.

Cuando termine de tomarlo, la mujer dejo el biberón de lado y me cargo de otra manera, poniendo mi cabeza en su hombro y comenzando a dar leves palmadas en la espalda haciendo que eructara poco a poco; cuando vio que ya había dejado de eructar, me llevo a otra sala donde habían alrededor de unos nueve niños de mí misma edad.

Me dejo en el suelo junto al resto de niños que se entretenían con algunos juguetes, por mi parte comencé a gatear hasta llegar con un grupo de 2 niños con los cuales había interactuado de cierto modo. Estos comenzaron a mostrarme los juguetes que les habían dado como un oso de peluche y una muñeca. Los nombres de mis hermanos de crianza eran Emma y Arturo quienes me los presentaron cuando cumplí un año. 

— Mma-...m-a... — Intentaba soltar una palabra la pequeña, Emma.

No puedo negar que era un poco adorable, siempre intentaba soltar una palabra cuando nos encontrábamos, al parecer le encantaba intentar hablar. Por el lado Arturo, él siempre se la quedaba mirando con baba chorreando de su boca, eso era algo asqueroso para mí, pero prefería siempre limpiarle esta con una pequeña toalla que me había dado ¨mamá¨.

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⏰ Última actualización: Nov 27, 2023 ⏰

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Rencarnación de las malasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora