cap 0 Un instante en el tiempo

11 8 0
                                    


Ashly y Jack eran eso que todos llamaban desastre.

La Chica se sentó a su lado con aíre pensativo, jugueteo un poco con los mechones rojos que se habían escapado de su improvisado moño mientras dejaba salir un suspiró de lastima y observó el horizonte. Caía la noche y el cielo tenía una divertida y nostálgica mezcla de rosa y naranja bañando el océano con una ligera capa arrebol. A lo lejos se podía vislumbrar dos siluetas parecían puntos suspendidos en el aíre. Si la chica no de equivocaba eran gaviotas, volaban libres sobre la manta llamada océano.

Libres, la palabra sonaba efímera en sus labios.

Esas aves poseían la libertad que ella no tenía, no cuando era esclava de sus miedos y temores.

Se sintió estúpida ante el sentimiento de envidia que la envolvió como un abrazo torturador.

El chico se atrevió a mirarla su perfil era hermoso.

¡Joder no!

No solo hermoso, Ashley era perfecta.
Su piel blanca como las mismísimas nubes del cielo, su cabello rojo como el vino.
Su mirada se detuvo en sus labios tan carnosos y rojos como los recordaba, sabia cuan delicioso y adictivos podían  ser aquellos labios.

Maldijo en silencio ante las locas ganas de volver a probarlos ,volvió a sus ojos marrones con pequeñas motas color café escondidos detrás de unas pestañas finas y largas.

Esos mismos ojos que escondía tanto misterios como dolor.

Apretó sus puños para resistir el impulsó de tocarla, lo cual se volvió tremendamente imposible teniendo en cuenta su cercanía y ese olor a sándalo y brisa marina que lo seducía y tentaba a perderse en ella una vez más.

Ashley era como un laberinto indescifrable en el cual te perdías sin el menor de los arrepentimientos o como un puto rompecabezas que nunca lograbas terminar. Si tu dabas un paso Ashley retrocedía 20 así era ella te dejaba entrar un poco para luego cerrar la puerta en tu cara y encerrarse nuevamente en sus impenetrables burbujas.

Jack cerró los ojos intentando eliminar los miles de recuerdos que lo unían a ella.

¡Ja!como si eso fuera jodidamente posible.

Ashley estaba gravada en cada momento Feliz, en cada lágrima, en cada neurona que se encargaba de componer recuerdos, en cada célula y fibra de su ser, en cada latido de su puñetero corazón.

En el alma, en la puta alma que de negaba a dejarla ir.

Ashley se limitó a observar el horizonte donde los últimos rayos de sol besaban el mar como despedida, se perdió en su belleza he intensidad.

En la sensación de paz que sentía al ver como el día se iba transformando en la noche. Algunos amaban el amanecer.
Ella en cambio los atardeceres, ese momento exacto donde el día se convertía en noche. La luz en oscuridad.

Quizás ese instante en el tiempo la definía.
Ella no era luz ni oscuridad, ella era un instante en el tiempo.

Jack finalmente hablo

_Estamos jodidos ¿verdad pelirroja?

Parecía pregunta, Ashley sabía que era confirmación.

Ambos estaban jodidos

Rotos de diferentes maneras, pero al fin y al cabo rotos, Quebrados.

_Si bien jodidos afirmó la pelirroja

Otro incómodo silencio surgió entre ambos.

Ese silencio que dice más que mil palabras donde se dice de todo, pero no lo correcto, lo que esconde el corazón. Lo que tortura el alma.

Pequeños Desastres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora