Capítulo 1: Una tarde de invierno

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Era una tarde fría y nevada de invierno cuando Emma se mudó a su pequeño departamento en el centro del pueblo. Después de años de vivir en la ciudad, la calma y tranquilidad del pueblo la llamó. A Emma le encantaba el invierno, especialmente los días nevados, cuando todo parecía más limpio y mágico.

Esa tarde, Emma decidió salir a dar un paseo para explorar su nuevo vecindario. Con su chaqueta de invierno y bufanda roja, Emma caminó por las calles cubiertas de nieve, observando a la gente que pasaba por ella.

De repente, el aroma del chocolate caliente llegó a su nariz. Emma siguió el delicioso olor hasta una pequeña cafetería en la esquina de la calle. En la puerta, un hombre de mediana edad se detuvo para sostener la puerta abierta para ella.

"¡Gracias!", dijo Emma mientras se dirigía al mostrador.

Después de pedir una taza de chocolate caliente, Emma se dio la vuelta para encontrar una mesa. Fue entonces cuando notó al hombre de mediana edad que la había sostenido la puerta. Estaba sentado en una mesa cercana, bebiendo un café y leyendo el periódico.

Aunque Emma era una persona introvertida, decidió acercarse y agradecerle por sostener la puerta. El hombre se presentó como Daniel, su vecino de al lado. Los dos comenzaron a charlar sobre el clima, el pueblo y los planes de Emma para instalarse en su nuevo hogar.

Mientras hablaban, Emma se dio cuenta de que Daniel tenía una personalidad cálida y amable. La charla fluyó sin esfuerzo entre ellos, como si se conocieran desde hacía mucho tiempo. Después de una hora hablando juntos, Emma se despidió de Daniel y salió de la cafetería.

Mientras caminaba de regreso a su departamento, Emma no podía sacarse la sonrisa de la cara. Había conocido a alguien amable y simpático en su primer día en el pueblo, y se dio cuenta de que el invierno que tanto amaba sería aún más especial gracias a la amistad que acababa de comenzar.

Cuando Emma llegó a su departamento, se quitó la bufanda y los guantes y se preparó una taza de té caliente. A medida que el vapor subía de la taza, pensó en Daniel y en lo bien que se habían llevado juntos. ¿Podría ser el comienzo de algo más que una simple amistad?

A medida que pasaban los días, Emma y Daniel se encontraban a menudo en la cafetería local o en el supermercado del pueblo. Siempre tenían algo que charlar y Emma disfrutaba de la compañía de Daniel. A pesar de que la diferencia de edad entre ellos era significativa, esto no les impedía conectar y disfrutar de la compañía del otro.

Un día, Emma se encontró con Daniel en la calle mientras se dirigía a casa desde la biblioteca. La nieve caía con fuerza y los copos se pegaban en su cabello y su chaqueta. Daniel le preguntó si quería tomar un chocolate caliente juntos y Emma aceptó de inmediato.

Mientras compartían su chocolate caliente, Emma notó lo cómodo que se sentía junto a Daniel. En ese momento, una idea cruzó por su mente. ¿Podría haber algo más entre ellos que una amistad?

Sin embargo, Emma también se sintió un poco insegura. ¿Qué pasaría si Daniel no sentía lo mismo? ¿Podría arruinar su amistad con él si intentaba llevar las cosas a otro nivel?

Después de terminar su chocolate caliente, Emma se despidió de Daniel y regresó a su departamento. Mientras caminaba por las calles nevadas del pueblo, no podía sacarse de la cabeza la idea de que Daniel podría ser algo más que un amigo.

Pero por ahora, decidió esperar y ver qué pasaría. Tal vez, con el tiempo, se daría cuenta de que solo eran amigos, o tal vez encontrarían el amor en la nieve y el chocolate caliente que tanto amaban.

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⏰ Última actualización: Apr 07, 2023 ⏰

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