Prólogo

1.2K 65 0
                                    

Sentada en la loma cubierta de hierba con vistas a la ciudad bañada por el sol, una suave brisa me alborotó el cabello y trajo consigo el dulce aroma de la primavera.

Entonces, apareció en el horizonte, su silueta contra los rayos dorados del sol poniente. A cada paso que daba hacia mí, el corazón me latía más deprisa y las mariposas me bailaban en el estómago.

A medida que se acercaba, me di cuenta de que guardaba algo a sus espaldas, un secreto por desvelar. Sus ojos, del color del verde más claro del verano, contenían un atisbo de picardía cuando por fin se plantó ante mí.

Con una sonrisa nerviosa, y un perfecto hoyuelo marcandose en su mejilla. Aidan extendió la mano y me entregó un ramo como nunca había visto. El ramo estaba adornado con narcisos de diferentes tonalidades.

—Mi abuelo solía darle este tipo de flores a mi abuela cada año en su aniversario. En el lenguaje de las flores, el narciso es portador de un mensaje de amor sincero y de deseo impaciente, expresa una expectativa profunda y galante que desearía ser satisfecha, pero de forma sutil y velada, con toda discreción. —Me permito observar el ramo de flores, es muy bello y su olor es exquisito.

Había amarillos vibrantes, tan brillantes como el propio sol, que simbolizaban la alegría y la felicidad. Los blancos, suaves y delicados, susurraban inocencia y pureza, mientras que los naranjas destilaban calidez y pasión. Y entre todas ellas, unas pocas flores raras ostentaban una sorprendente combinación de colores, reflejo de la complejidad del amor mismo.

—También decía que representa el comienzo de algo nuevo y es justo eso lo que quiero ____, —acaricia mi mejilla— un nuevo comienzo contigo.

Me invadió un torbellino de emociones. La gratitud por su gesto se mezclaba con la incertidumbre y el miedo, porque sabía que aquel momento cambiaría para siempre el curso de mi nueva vida. 

Narciso | Aidan Gallagher (Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora