Kaigurd con mezcla vikinga, dragoniana y mágica.
─────────────────────No es fácil ni sencillo ser el hermano del jefe de aquel grupo vikingo, muchos menos cuando busca que le demuestre algo que no está dispuesto a hacer si es a base del derramamiento de sangre, sin embargo en su rudo y brusco entorno sus pensamientos y actitudes no hacen más que llevarlo a ser un marginado, el único que ha tratado de entenderlo es el herrero Dereck, aunque este también sea un guerrero que cortó demasiadas cabezas y muchas veces por lo mismo entran en conflictos. Él no quiere pertenecer al clan vikingo si es cumpliendo los requisitos, sabe que únicamente por su hermano Michael no lo corren del lugar, sin embargo hace meses que tiene la idea en la cabeza de buscar un lugar al que pueda llamar hogar, donde no sienta que debe estar atento la mayor parte del tiempo. Aprovecha los largos viajes del jefe en búsqueda del nido para escaparse al bosque donde practica su puntería en intento de ser cazador para tener algo con lo que subsistir el día que se vaya.
No obstante sus planes se ven detenidos por la imposición de Michael al obligarlo a asistir al campo de entrenamiento con los demás jóvenes del pequeño pueblo que no se demoran en hacerle burlas y apartarlo del grupo, ni siquiera se molesta en intentar llevarse bien con ellos, su mente se encuentra perdida en la libertad que le ofrece el exterior siempre que logra escaparse apenas finalizan los rudos entrenamientos contra los indefensos dragones que tienen encerrados. No se molestan en aprender sobre ellos mucho más allá de como matarlos. Él no quiere hacerlo y no piensa cambiar aunque esta decisión lo lleve directo a la pura soledad.
En sus escapadas al bosque encuentra un árbol caído y un camino formado por el impacto y desplazamiento de algo grande, aunque no lleva mucho más que un cuchillo atado a su cadera se acerca para investigar que ocasionó aquello llegando a donde el canal del río acaba cayendo y creando una pequeña catarata que sigue su curso natural formando otro camino de agua y un bonito lago donde se puede ver la existencia de peces. Pero no es eso lo que llama su atención, un dragón de escamas violetas y negras esta atrapado en una cuerda que envuelve su cuerpo dejando libre su larga cola, tirado en medio del pozo. Sin detenerse a pensar comienza a descender por la pared tropezando al final, lo que atrae la atención del gran animal que mueve su extremidad libre para defenderse.
───Tranquilo, quiero liberarte.
Le habla calmado y con sus manos levantadas intentando mostrar que no le hará daño, con pasos ligeros pero largos se acerca por delante sacando el cuchillo, corta la primera cuerda y el dragón deja de moverse pero sus ojos negros siguen fijos en él, atento a cualquier movimiento extraño. La última soga que corta es la que mantenía su enorme hocico cerrado y sus patas inmovilizadas, al alejarse del animal este aprovecha para derrumbarlo al suelo gruñendo amenazante; pero él no tiembla, lo mira con admiración y emoción, sentimientos muy alejados al miedo o pánico.
───Ya puedes irte. ─Le dice. ───No tengo intenciones de hacerte daño. ─Y lo demuestra dejando caer su única arma a un lado suyo.
El dragón respira fuertemente sobre su rostro antes de extender sus alas y salir volando de allí, golpeando con su cola el costado izquierdo de su abdomen dejándole un profundo dolor que lo hace contraerse mientras intenta respirar para calmar la molestia. La lluvia que empieza a caer lo ayuda a distraerse hasta que logra calmar la punzada, levanta su remera viendo el comienzo de un enorme moretón. Aceptando que eso sería lo más cerca que estaría nunca de un dragón sin acabar muerto, empieza a buscar la manera de salir de allí notando por el relieve en las paredes rocosas casi lisas que se inundaba rápido. Se rinde fácil al aceptar que no tiene salida cuando algo se apoya en sus hombros haciendo que comience a elevarse, asustado grita y mira hacia arriba hallando dos patas negras con garras largas que lo sujetan sin hacerle daño, la cabeza del dragón baja para mirarlo antes de devolverla al frente.
No comprende que pasa pero lo agradece, aunque fue molesto la distancia a la que fue liberado del suelo grita un sincero gracias sin saber si lo comprende o no. Se cubre la cabeza con los brazos antes de impactar contra el suelo pedregoso que roza su moretón de forma fea haciéndolo chillar del dolor, cuando se calma no tiene fuerzas ni ganas de regresar a su hogar donde seguramente su hermano ya estará esperándolo y no estaría muy contento al saber sobre su nulo progreso en el entrenamiento. Una parte de él se siente mal por decepcionarlo, por no lograr que se sienta orgulloso de sus acciones, sabe que no esta ni por cerca de cumplir sus expectativas y nunca lo estará. Sin embargo no pasa ni por un solo segundo por su cabeza la idea de convertirse en un asesino de dragones, es incapaz de hacerlo.
───¿Dónde estabas?
Es lo primero que escucha cuando llega a su casa y cierra la puerta quedando en completa oscuridad, lo que causó que se asustara. Enciende una vela cercana para alumbrar su camino hasta su cuarto.
───Por ahí. ─Contesta en un murmullo ligero.
───Kai, quieto. ─Obedece a la orden todavía dándole la espalda y con la tenue luz temblando por el movimiento de su mano. ───¿Es tan complicado para ti ser como los demás? A este paso nunca serás un verdadero vikingo.
───No quiero serlo. ─Admite en voz baja, mirando al suelo en una posición que demuestra miedo aún cuando sabe que Michael sería incapaz de levantarle la mano, pero si gritarle y era justamente eso lo que odiaba.
───¿Qué dijiste? ─Se acerca a su cuerpo girandolo para que lo enfrente. ───¿Cómo que no quieres serlo? ¡¿Te has vuelto completamente loco?!
Y ahí comienza, cierra con fuerza sus ojos sintiendo los rápidos latidos de su corazón ante la situación, se siente estresado y frustrado. Quiere llorar, quiere un abrazo, quiere sentirse seguro.
───¡Respondeme, Kai!
Tiembla del susto cuando nota las dos manos de Michael ejercer presión en sus hombros, este al ver su reacción deja de hablar y se aleja unos pasos rompiendo el contacto físico. Entonces puede fijarse mejor en los detalles de su postura, estaba temblando como si se estuviera congelando de frío mientras sus ojos se mantienen cerrados.
───Oh... Lo siento, no me di cuenta de que...
Decide callarse al darse cuenta que sus palabras de nada servirían y lo deja marchar. Otra oportunidad de arreglar las cosas desperdiciada y lo peor sería que Kai se culparia por eso, Michael lo sabe perfectamente.
───Perdóname, Kai. ─Dice antes de quedar de nuevo en la oscuridad.
***Continuará***
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¿Vikingos o magia y dragones?
FanfictionKAIGURD Sobrevivir sin la ayuda de nadie le costaría bastante caro