Abría sus ojitos, sus bracitos se estiraban sobre su cabecita. Su cabello de oro negro y largo caía suavemente por los lados, algunos cubrían su frente. Su habitación tenía un calorcito que le hacía sentir cómodo.
- Mi estrellita...- reacciona a esa voz tan dulce llamarle, enfoca su vista, y allí esta. Mirandole con una sonrisa, estira sus pequeños bracitos, necesita de él...
"Papi..."
Se mueve lleno de felicidad al verlo y sentir los besitos en sus mejillas gorditas. Apoya su carita en el hombro cálido, y mira por la puerta, allí está también. Trata de ponerse derecho, para verlo mejor, le gusta cuando lo llaman porque reconoce sus voces muy bien, estuvo familiarizandose con ellas mucho antes.
"Papi..."
- Buenos días, estrellita...- también le dice, ambos siempre besan sus mejillas y le cantan.- ¿Cómo durmió la estrella más hermosa de mi universo?- pregunta con voz grave. Observa como esos ojos profundos lo miran también, bosteza y se refugia en el cuello ajeno.
Escucha las risas suaves y se siente tranquilo, tanto que puede volver a quedarse dormido...
No lo hace porque siente hambre, y sabe que lo entienden cuando lo arrullan y lo alimentan, suspira gustoso. Además las caricias en sus mejillitas son relajantes.
Ambos le miran, observa el brillo en esos ojos, y ríe lindamente.
- Es su primera risa...- su voz sorprendida le hace sentir algo bonito en su pechito.
- Lo es... una melodía digna de una estrella...- lo mira y sonríe.
Ese es su pequeño universo, donde está seguro...
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¿Maratón?Yk...