1 - Sorpresas lindas y sillones en la oficina

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- Carlos Sainz Vázquez de Castro, ven aquí en este momento! - gritó, haciendo que todos en la empresa escucharan.

- Uy! Alguien esta en problemas. - dijo Max al escuchar el claro tono de molestia de su amigo monegasco.

- Max, deja a Carlos! Suficiente tiene con Charles enojado. - dice el Mexicano mientras le da un zape a su pareja.

- Si Max, déjame en paz. Mejor iré a ver que paso antes de que tenga más razones para matarme. - en ese momento el español dejo a sus amigos para ir a ver que tenía tan molesto a su esposo.

Mientras caminaba por la oficina pensaba en si había hecho algo malo el día de hoy, según el no había razones para que su esposo estuviera tan molesto. Lo único que el consideraba que no estaba bien era que en la mañana olvido poner su ropa sucia en el lugar que Charles le tenía designado.

Aunque después de mucho pensar y concluir que no había razones para que Charles estuviera tan molesto se dio cuenta de que ya había llegado a su oficina, la cual compartía con Charles.

- Alguna idea de porque voy a dormir en el sillón hoy? - preguntó dirigiendose hacía Isa, su secretaria y mejor amiga de toda la vida.

- Pues nada que yo sepa, aunque si te tardas más va a ser peor. - se río mientras veía la cara de pánico de Carlos. - Apuesto a que fue otra de tus compras innecesarias. -

- A ver, que quede claro que ese cuadro de Benzema pintado a mano se ve muy guapo en la sala de cine de la casa. - se defendió mientras recordaba como Charles se había enojado cuando descubrió el precio de la obra de arte tan exótica que su esposo había adquirido.

Después de la pequeña charla con su amiga decidió que era momento de enfrentar a la bestia. Estaba preparado mentalmente para lo que viniera. Además en el camino había rezado tres Padres Nuestros y dos Ave María.

- Hola mi amor. - dijó cautelosamente, tentando terreno para ver que tan peligroso era su esposo en ese momento.

- Hola le vas a decir a tu abuelo, pero en el cielo! - respondió molesto el monegasco en cuanto vio a su esposo entrar a la oficina que compartían.

- Pero buenooo, cuál fue el mal que yo hice? - cuestiono el español mientras evitaba la mirada de su esposo porque lo ponía nerviosito.

- El mal que tu hiciste es un cachorro en adopción que al parecer va a estar listo para que lo recogas a las 5:00 de la tarde el día de hoy. - molestó le explicaba la situación.

- Joder, se me había olvidado completamente! - se golpeo la cabeza mientras recordaba la pequeña sorpresa que tenía para Charles desde hace dos meses.

Dos meses atrás

- En serio crees que sea buena idea? - preguntaba mientras comía con su mejor amigo.

- Obviamente, a ver Carlos yo se que eres tontito pero tampoco es tan complicado eh. - explicaba mientras aventaba una papa frita a la cara de su amigo. - Tu amas ver a Piñon cada que van a casa de tus padres y cuando se van te quedas triste, a Charles no le gusta verte triste o si? Además un perro sería perfecto para los dos. -

- Perfecto? Por qué lo dices? - lo miraba confundido mientras le regresaba el ataque con la papa, podrían ser adultos pero nadie le ganaba nunca a una buena comida en McDonald's.

- Pues ninguno de los dos quiere hijos por el momento, les gusta salir a caminar todos los días así que el perro sería una gran compañía para ambos, además, no dijiste una vez que Charles amaba a los perros? - para él era fácil entender porque su amigo quería un perro y no veía porque su amigo monegasco tendría algun problema con uno.

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