another babyy

harry siempre se ha considerado una persona muy hogareña, amaba la idea de encontrar a su alfa y compartir su vida con él y al amar tanto a los niños, soñaba algún día tener muchos, pero muchos cachorritos que críar y consentir. actualmente había cumplido gran parte de ese sueño, se había enlazado y casado con el alfa más lindo que alguna vez haya conocido y se sentía tan afortunado de tener a dos preciosos lobitos como hijos.

harry amaba con toda su alma a su hermosa mini manada.

blake, era su cachorrito mayor, él recientemente había ingresado a su tercer año en el colegio y ahora su cachorrito menor, noah, lo seguiría en su primer año después de terminar el jardín de niños. harry se sentía un poco desanimado, cree incluso que lloró más que su pequeño el primer día de clases, louis puede confirmarlo, pero por su seguridad prefiere no admitirlo en voz alta.

llámenlo exagerado, pero no le gustaba aquella oleada de tristeza que lo golpeaba al tener esa sensación de que sus bebés se deslizaban entre sus dedos y crecían rápidamente. trataba de no pensar en ello porque, ¡vamos!, sus cachorritos se divertían y aprendían tanto que cada día al llegar a casa abrazaban a su madre muy emocionados contando las pequeñas aventuras que tuvieron, los amigos que había hecho y las cosas que habían aprendido. harry sonreía con sinceridad ante cada anécdota, amaba que sus lobitos disfrutarán mucho asistir a la escuela, lo cual hacía que no pudiera evitar sentirse culpable por desear tenerlos siempre en su nido.

durante las mañanas en la que su familia no estaba con él y sentía un poco de soledad, solía ordenar toda su casa para distraer su mente de malos pensamientos intrusivos, además de que horneaba un poco para su familia y tal vez sí sobraba para sus vecinos, a los dueños de la panadería en su vecindario les encantaba lo que hacia y lo solían llenar de elogios cada vez que probaban algo hecho por él, incluso le habían ofrecido trabajo unas cuantas veces y debido a la situación por la que estaba pasando estaba pensando muy seriamente la posibilidad de aceptar la oferta, tal vez eso lo ayudaría a pensar en otras cosas y a su vez también ayudaría con los ingresos en su hogar, no era que les fuera mal en eso, el trabajo del alfa sustentaba muy bien a toda su familia, aun así la buena paga que ofrecían les permitiría más ingresos que podrían servir para emergencias o solo para encapricharse un poco cuando quisiesen.

los días seguían pasando y el omega empezaba a sentir que esa diminuta pizca de soledad por las mañanas se iba agrandando un poco cada vez más, así que también empezó a pasarse por la oficina de su esposo durante el almuerzo, en donde convivían unos minutos antes de que el alfa volviera a trabajar.

ante estás diversas alertas y sensaciones que el lazo enviaba en ciertas ocasiones, pronto louis pudo notar lo que pasaba por la mente de su esposa y aunque pensó al principio que su rizado amor le contaría, se dio cuenta que lo mejor era actuar antes de que aquello evolucionara en algo más.

"amor" llamó el alfa una noche antes de dormir.

"¿si, alfa?" el omega respondió girándose para quedar cara a cara con su marido. louis afirmó su agarre a la cintura de harry con delicadeza antes de hablar.

"¿hay algo que..." se detuvo un momento al escuchar como el omega exhaló con pesadez. sip, harry sabía lo que vendría. "¿quisieras contarme algo?" finalmente preguntó.

"no" dijo en un tono bajo, aunque aún en la oscuridad el alfa pudo ver la evasión en su mirada y la pequeña sonrisa fingida que mostró.

"¿estás seguro?" volvió a insistir. harry bajó la mirada con tristeza, louis lo abrazó besando la mejilla del chico.

harry exhaló una vez más sin poder detener más el sollozo que lo hizo temblar

"lo siento, alfa" habló con voz queda. "extraño a mis bebés cuando van al colegio" soltó después de todo y el alfa lo estrechó aún más en sus brazos sin dejar de besar la mejilla y cabello del ojiverde.