Ápeiron, crónica de un protector.

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Luz, eso fue lo primero que vi al empezar a... ¿Cómo decirlo? Pensar, ser consciente de mi propia existencia. pero a pesar de ello, era poseedor de conocimientos o más bien, ciertos instintos avanzados. La luz cegadora que nublaba mi vista empezó a sentirse menos intensa, seguramente mis ojos empezaron a acostumbrarse a ella. Al aclararse mi visión, vi a mi alrededor, una sala inundada de claridad y protagonizada por el color blanco, con la zona de sus paredes y techo dividida en cuadrantes, los del techo siendo mas brillantes intermitentemente.

Note que en la sala donde desperté estaba recostado sobre una superficie rectangular y acolchada la cual tenia el conocimiento interno propio para saber que era denominada como "cama", a mi derecha se encontraba un tablero el cual no lograba entender y a mi izquierda otro artefacto tecnológico cuya naturaleza y nombre escapaban de mi conocimiento.

Frente a mi se encontraban 3 individuos; a mi izquierda una criatura cubierta de un pelaje café, orejas altas a los costados de su rostro, cabello alborotado hasta la altura del cuello, una cola animal peluda que daba vueltas enérgicamente y un rostro que expresaba ser muy amigable y alegre, una simpática sonrisa y unos ojos amarillos que parecían incapaces de expresar maldad, tenía un físico esbelto y diría que femenino a pesar de ser algo andrógina; a mi derecha estaba una mujer la cual no parecía estar para nada feliz, de hecho no se veía con ganas de estar en este lugar, el color de su tez era verde y se veía algo áspera, poseía un pequeño vestido de una pieza hecha con lo que parecían ser hojas verdes, tenia un cabello marrón lacio y tenia su mirada perdida mirando alrededor del lugar; al centro había una gran mujer, media bastante mas que las otras 2 a su lado, su tez era oscura, poseía un cuerpo voluminoso y un largo cabello blanco rizado, a pesar de esto parecía joven, mirándome con una sonrisa llena de orgullo y confianza, poseía un vestido verde de una pieza que dejaba expuesta una de sus piernas, en su mano portaba un báculo con una esfera blanca brillante en la punta. Era inexplicable el porque de mis sentimientos al verla, surgían naturalmente al igual que mi conocimiento y conciencia, pero al verla sentía un deseo inamovible de brindarle protección, sentía que mi existencia fue concebida con el fin ciego de ser su escudo. Al verme despertar, su sonrisa creció mostrando sus blancos dientes.

—Finalmente despiertas, creación mía —dijo suavemente, el sonido embriagador de su voz era casi hipnótico para mi— Dime, ¿Entiendes lo que te digo?

Al escuchar su pregunta, me veo obligado a responder de forma inmediata, fuera incluso de mi voluntad.

—S-si, logro entenderla.

Ella se mostró feliz al oír mi respuesta.

—Magnifico, déjame presentarme, creación mía, yo soy la madre naturaleza, tu creadora y ama, esta a mi derecha es Fauna —menciona extendiendo su mano hacia la chica peluda a mi izquierda, la cual empieza a mover su mano enérgicamente, a lo cual interpreto como una forma de saludarme— y esta a mi izquierda es Flora —menciona extendiendo su mano ahora hacia la otra chica, la cual por unos momentos me mira, para volver a desviar la mirada— tu nombre es Ápeiron, ¿puedes levantarte?

Al decir esto, ella se aleja un poco de la cama donde estaba, dándome espacio.

Aunque era mi primera vez intentándolo, moverme se sintió muy intuitivo y natural, no me costo mucho levantarme de allí y quedar frente mi creadora, notando que soy levemente mas alto que ella y bastante mas que Flora y Fauna. Al verme parado, la madre naturaleza hizo un pequeño aplauso.

—Eres impresionante, Ápeiron, cuando me moví por primera vez, recuerdo haber sido muy torpe jejeje —Menciona Fauna, el tono de su voz era algo encantador.

—Quizás simplemente la torpe eres tú, yo no tuve ese tipo de problemas —Señala Flora con un tono despectivo.

Al oír esto, Fauna cambio su expresión alegre a una abiertamente afligida y algo triste

Ápeiron, crónica de un protector [ONE-SHOT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora