Capitulo 1: Conociendo a Vanessa

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Me quedé paralizada. El sudor comenzó a recorrer el camino desde mi nuca hasta llegar a mi espina dorsal, era frío y ni siquiera eso me hacía reaccionar. Las manos que antes habían temblado por el miedo y la impotencia ahora solo estaban congeladas, y me encontraba segura de que el reflejo de mi rostro se hallaba petrificado debido al pánico y el terror, era como si de repente la vida se congelara a mi alrededor.

–Lo siento, Nessi. Sé que no es tu culpa –aquello que me transmitía su mirada era incluso peor a medida que se acercaba, probablemente era eso más que nada lo que me mantenía estática. Había pesar en la mirada de esos preciosos ojos del color del mar.

¿Pesar? No, eso era lástima, lo cual empeoraba mi situación.

Acercó una de sus manos a mi rostro, pero en el camino cambió de dirección hacia mi cabello, se detuvo tomando ligeramente uno de mis largos risos y suspirando sin poder apartar su mirada de la mía; acto seguido torció su boca simulando una especie de sonrisa que era más bien una mueca triste y lastimera.

¿Acaso él era realmente consciente de lo que me estaba haciendo? Espera, ¿acaso lo era yo?

Quería gritar, quería decir algo, o siquiera llorar, pero nada salía de mí; él solo estaba ahí observándome. Joder, ¿Por qué me hacía esto? no era justo, yo no creía merecerlo. Toda mi vida había hecho las cosas bien, cada minuto, cada segundo, cada maldita situación... Yo me había esforzado, desde que lo conocía siempre se había tratado de él, de complacerlo, de cuidarlo, de ser quien debía ser, y ahora...

–Es hora de que me vaya –continuó apartándose de mi lado y volviéndose hacia la puerta, ni siquiera parecía importarle mientras tomaba sus cosas del suelo –.Te deseo lo mejor Nessi, y espero que algún día me perdones.

En cuanto salió de la habitación me dejé caer en el suelo adolorida, no era un dolor físico, aunque así se sentía.

Quizás era mi orgullo lo que me había mantenido en pie e inalterable durante los últimos minutos de esta cruel etapa que atravesaba mi vida, pero ahora comenzaba a salir de aquel letargo y se apoderaba de mi cuerpo una sensación de que no perteneces a nada ni a nadie. Me costaba respirar, mi garganta comenzó a cerrarse y antes de darme cuenta estaba gritando con todas mis fuerzas, mi visión estaba nublosa por todas las lágrimas que había contenido y ahora salían fuera de mí. Tenía roto el corazón en mil pedazos, mi mente parecía un torbellino y yo, ¿Qué podía decir de mí? Yo sentía que no existía...

                                                                                                ---

–¡NO!

El grito salió de forma ahogada de mi cuerpo despertándome en el instante y trayéndome de vuelta a la realidad. Me senté en la cama sobresaltada, mi respiración estaba acelerada y un sudor frío me cubría la cara, el cuello y partes de la espalda. Joder, había tenido una pesadilla, lo supe en cuanto miré a mi alrededor. Estaba en mi habitación.

Dejé escapar un breve suspiro al reconocer que lo que ocurría no formaba parte de mi realidad y corrí mis sábanas a un lado para poder alcanzar mis píldoras para la ansiedad que estaban en la mesita de noche, tan pronto tomé la dosis adecuada me dejé caer sobre las sábanas blancas de mi cama y empecé mis ejercicios de respiración mientras repetía una frase que solía tranquilizarme, como si de un mantra se tratara:

"Todo está bien Ness, estás en tu apartamento en San Diego y hoy nada puede ser más perfecto"

Una vez logré tranquilizarme del todo, me giré para ver el precioso reloj despertador que reposaba en la mesita de noche, era hora de empezar el día y dejar atrás las pesadillas de la noche. Dibujé una tranquila sonrisa en mi rostro y me desperecé mientras caminaba rumbo al baño.

I Need HimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora