Madelaine Smith, una chica con una vida normal, una adolescente como cualquier otra. Vive en un pueblo pequeño de Indiana, Hawkins, con su abuela, un pueblo en el que supuestamente "no pasa nada".
Créditos: @laudiaries
La historia no es mía, solo ca...
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Madelaine
Estaba caminando hacia la puerta del instituto, cuando de pronto sentí una sensación rara, como si alguien estuviera mirándome. Me giré y miré a mis alrededores, pero no vi nada raro.
Negué con mi cabeza, pensando "estás paranoica" y volví mi mirada al frente, entrando al instituto y acercándome a mi casillero. Me pareció raro que Nancy no estuviera ahí, ni tampoco Jonathan. Miré por los pasillos, por si los veía entrar, pero no aparecieron. Era raro, la que solía llegar tarde era yo, no ellos.
Agarré los libros y suspiré, yendo hacia clase. Por el pasillo, vi a Dustin, Lucas, Mike y Max, que era la hermanastra de Billy. Parecían tramar algo. No le di mucha importancia porque ya llegaba tarde a matemáticas, y no me lo podía permitir.
— Preciosa — me llamó Billy cuando salía por la puerta, una vez finalizada la clase. Se puso a mi lado mientras caminábamos y sonreí — ¿Estás bien? — preguntó y yo alcé una ceja confundida.
— Sí... — dudé un poco y suspiré — Solamente es un día raro — sonreí y me miró — Bueno, ¿Qué onda vos? ¿Ya te pusiste al día con todo? — pregunté, tratando de cambiar de tema.
— Sí, la gente me cayó bastante bien — explicó y me miró, mientras frenábamos en mi casillero y yo la abría — Y en las clases... bueno, nunca me importaron mucho —
— Oh — solté una pequeña risa — A vos solo te importa chamuyar, ¿verdad? — dije y él me miró, con una pequeña sonrisa y asintiendo — Es obvio, Hargrove —
— Uy, Smith, ¿estás celosa por si hablo con otras? — dijo medio acercándose y yo reí, mientras rodaba los ojos y lo apartaba, poniendo mi mano en su pecho.
— Más te gustaría — le di pequeños golpes en el pecho y cerré el casillero. Él soltó una pequeña risa seductora.
Al mirar hacia al lado, vi a Steve pasar, el cual ni me miró. Un dolor extraño recorrió mi cuerpo al verlo alejarse por el pasillo.
— Entonces — me sacó de mis pensamientos Billy — ¿Vienes al entreno? — preguntó mientras me miraba, atento a mi respuesta.
— Si, claro — sonreí y él me miró, contento — Me vendrá bien un poco de, ¿diversión? — dije confundida y empezamos a caminar hacia química.
— ¿Te divierte verme entrenar? — dijo curioso y yo reí, asintiendo — Vaya... nunca me habían dicho algo así —
— Me divierte porque tratas de impresionar a todos y... a veces haces cosas raras — seguí riendo y él se llevó la mano al pecho, haciéndose el ofendido — Pero juegas bien —
— No trates de arreglarlo — se quejó, mientras entrábamos al aula riendo — Pero gracias por tu sinceridad —
