Parte única:

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-El ser humano no es del todo que no somos eternos, muchos olvidan que en cualquier momento nuestros seres queridos y las personas que más amamos nos pueden dejar sin ningún tipo de aviso.

Asami Ryuichi era consiente, pero con el tiempo se fue olvidando de eso, cuando menos se dio cuenta el amor de su vida paso enfrente de sus ojos y no de la forma romántica en la que normalmente las historias de romance lo expresan, él era el amor de su vida, él lo sabía, por eso habían pasado gran parte de su vida y lamentablemente estaba llegando a su fin. -

Misaki sonrió de manera tristeza, estaba recordando los buenos momentos que había pasado con su gran amor, esos recuerdos ahora pasan por su mente como si estuviera de nuevo viviéndolos pero la dura realidad es que esos momentos ya se fueron y no va a poder vivirlos de nuevo.

Recuerda perfectamente el día que lo conoció, era tan hermoso ese chico,  habían comenzado a salir en su primer año de preparatoria y hasta ese momento, se habían casado, tenían una linda casa, todo parecía tan lindo pero todo eso cambio hace apenas dos años en donde su amado esposo había cambiado completamente con él y el no sabía el por qué.

Las caricias se convirtieron en golpes duros, las dulces miradas se convirtieron en miradas despectivas y juzgadoras, los hermosos abrazos se convirtieron en marcas moradas en sus brazos, los besos románticos se convirtieron en duras mordidas que le hacían sangrar, las hermosas sonrisas se convirtieron en expresiones de enojo, las hermosas noches de pasión se habían convertido en duras noches de espera porque su gran amor no llegaba.

El primer golpe no fue físico, fue una dura mentir, en donde las reuniones se alargaban o llegaban de improviso.

El segundo golpe fue cuando en su auto se había encontrado un suéter que definitivamente no era él.

El tercer golpe fue cuando en su saco había impregnado una colonia desconocida.

El cuarto golpe fue cuando le grito porque descubrió que él había comprado un brazalete caro y sabía que no era para él.

El quinto golpe fue cuando dejo de llegar a dormir.

El sexto golpe fue cuando lo miro en una plaza con otro chico besándose.

El séptimo golpe fue físico, al reclamarle la infidelidad él le soltó una cachetada que lo había mandado al piso y le había dejado una hilera de sangre bajando por su labio.

El octavo golpe fue las humillaciones de cada día.

El noveno golpe fue cuando los golpes comenzaron a estar presentes todos los días.

El décimo golpe fue cuando comenzó a sentirse realmente mal de salud.

El golpe final fue cuando el doctor le entregaba su resultado de sus exámenes de sangre revelando que pronto iba a morir.

Él estaba en la etapa final y lo sabía, ya no era el mismo de antes, su piel un poco bronceada había sido remplazado por un color muy pálido, su hermosa cara llena de vida y esos gorditos cachetes fueron remplazados por unas enormes ojeras de cansancio debajo de sus ojos, aquellas hermosas mejillas redondas y color rojo ahora ya no estaban solo había un rastro de palidez en ellas, aquel hermosos cabello lleno de brillo y sedosos ahora estaba sin vida, estaba todo opaco y troceado, su hermosos cuerpo ahora era puro esqueleto, los huesos se le podían marcar, ya no había vida en misaki, se estaba terminando de apagar y su querido esposo y compañero de vida aun después de 3 meses no se había dado cuenta de todos los cambios que había tenido en tan poco tiempo, estaba tan concentrado en su trabajo y en tener bien a su amante que ni por un momento volteo a ver al chico que era su pareja de vida, una pareja que el mismo había elegido.

Cuando el tiempo pasa. (AsamixMisaki.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora