De vez en cuando no es bueno callarse los secretos, si lo hubiera dicho antes, todo sería diferente.
*Soft, sin Lemon*
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(Cómo cuando tienes un sueño y quieres plasmarlo en un shot, así nació Más que un Sueño, eso eres)
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Victoria es una muchacha tierna, sensible y muy servicial, sus padres así la criaron, le enseñaron el respeto ante todo, a ser una niña de casa, y que se diera a respetar ante todo.
A los 18 años se mudaron a Corea desde su país americano por el trabajo de su padre, fue ahí que conoció a Jungkook, un chico muy contrario a ella.
Jungkook es un don Juan con las chicas, pero apenas miro a Tory, su corazón fue flechado por el mismísimo cupido, claro que, la cobardia de ser rechazado por primera vez, lo llevo a esconder dichos sentimientos.
Eso no evito que fueran los mejores amigos, no evito que se acercarán el uno al otro, no evito que Jungkook la invitará a salir con una amistad de por medio y mientras más la conociera, más quisiera estar con ella.
Kim SeokJin se dió cuenta de inmediato de esos sentimientos.
Los muchachos eran primos, compañeros de andanzas, planeaban juntos cada conquista y cuando Jeon Jungkook rechazará ir con el a una fiesta se dió cuenta que su hora había llegado.
— Hyung —le dijo el muchacho al verlo en la puerta— ¿Que haces aquí?
— Verte —dio pasos al interior de su casa— creí que estabas enfermo y por esa razón ya no quería ser mi acompañante.
— Voy a cumplir veinticuatro... Es hora de sentar cabeza —Jin giro viéndolo con sorpresa.
— Niño... Tengo treinta, y aún siento que no quiero sentar cabeza —el menor sonrió llevando su mano a la nuca, rascando con vergüenza y nerviosismo— Ya dime la verdad Jungkook, ¿le dijiste a Tory que estás enamorado de ella?
El semblante de Jeon cambio radicalmente, el juraba que lo escondía lo suficiente, tanto como para que nunca nadie se diera cuenta de ello, escucho una puerta cerrar desde el pasillo del departamento y se acercó a su primo por parte de madres cubriendo su boca con una mano y con la otra, levanto el dedo índice y lo llevo a boca propia.
— No digas nada —advirtio en un susurro.
Desde el pasillo la presencia de Victoria se hacia presente, sonreía y llevaba una polera ancha color negra y un Jean ajustado de piernas rasgadas.
— Kookah, metí mi ropa al lavado —se detuvo al ver a ambos— Hola SeokJin —reverencio con timidez.
Jin, miro a su primo y sonrió, esa camiseta de algodón era de Jungkook y mil escenas se le vinieron a la mente, pero nada de ello era real.
— ¿Que hacían, sucio? —pregunto aún con la mano cerca de su boca, palabras que solo su primo pudo oír.
— ¿Sucede algo? —pregunto la muchacha al verlos aún en esa pocision.
— Nada —respondio Jungkook soltando a su primo— No es nada... Tory vino porque debíamos terminar una tarea.
