Capítulo 23: Llegó la noche de la fiesta

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Ya era la noche de la fiesta. Todos se habían arreglado con las mejores vestimentas que traían en sus maletas. Eso sí, todos acompañados, iban de dos en dos. Todos iban bien finos.

The Cats parecían ir los cuatro juntos, básicamente como siempre. Claro que el resto iban todos en parejas, pero ellos...ellos no del todo.

Bueno, así que la fiesta es en el gimnasio,¿no?-comentó Lindsay mientras ella y sus amigos se dirigían hacia el gimnasio. Lindsay llevaba una diadema color plata que recordaba a las coronas de laurel de los campeones olímpicos de la antigua grecia, una camiseta que recordaba a una tormenta y una falda-pantalón con el mismo patrón, unidos por un cinturón con motivos de nubes y rayos.

En efecto, amiga mía.-le respondió Dany, quien iba con una chaqueta de cuero con motivos de fuego que le quedaba grande. También llevaba una especie de cinturón portaherramientas, en el que llevaba una sorpresa para más tarde.-Pero que conste algo: Aunque lleve cosas relacionadas con el fuego, no tengo nada que ver con el bobo de Ignis.

Sus amigas soltaron una risa. Kate iba de la mano de Luna. Kate llevaba un vestido cyan y rosa clarito con motivos primaverales y el pelo recogido en una trenza. Luna, por su parte, llevaba un vestido negro y violeta y el pelo recogido en un elegante moño. Aquellas dos, a juzgar por sus vestimentas, daban vibras de Hades y Perséfone.

Los cuatro amigos llegaron al gimnasio para reunirse con el resto de sus compañeros. Dany se preocupó ciertamente por su amiga Lindsay. No hacía falta ser un mago para saber que algo le ocurría. Kate y Luna fueron a bailar, así que Dany aprovechó para hablar con su amiga.

Oye Lindsay.-le llamó la atención Dany.-¿Va todo bien?

Da igual...-le respondió Lindsay.-Supongo que tengo la inseguridad de si algo malo ocurre y no puedo protegeros.

Lindsay.-le dijo Dany.- No tienes porqué sentirte obligada a protegernos. Ya has hecho demasiado por nosotros.

Es que...-dijo Lindsay.-Me siento más inútil desde que Gea me intentó poseer. Por eso escondo las cicatrices de mis manos.

Entonces a Dany se le ocurrió quitarle los guantes a su amiga y así lo hizo.

Escúchame Lindsay.-le dijo a su amiga.- Esas cicatrices son prueba de tu firmeza y no son algo malo.

Lindsay le abrazó.

Muchas gracias Dany.-le dijo.- Gracias por todo.

Y ahora...-dijo Dany.-¿Quieres que la fiesta se ponga interesante con fuegos artificiales?

Ya sabes que sí.-respondió Lindsay con una sonrisa pícara.-Vamos allá.

Y salieron a la terraza que daba al jardín para llevar a cabo su plan, esta vez Lindsay ya no llevaba los guantes y se le veían las cicatrices de sus manos.

CONTINUARÁ...

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