Quackity, se encontraba en su escritorio, dormido.
Hasta que su celular empezó a sonar.
El chico despertó asustado. Buscó su celular con la vista, lo agarró bruscamente y contestó.
—oye quackity, te necesito ya mismo con los papeles— Dijo su amigo, Roier.
¿Tan pronto? Se suponía que eso lo usarían para el plan B. Algo habrá salido mal.
El azabache asintió y fue corriendo hacía la torre.
Allí lo recibió Mariana
—hola, Qué haces aquí? Se supone que estabas descansando men— quackity respondió que roier lo había llamado.
El de lentes lo dejó pasar.
Quackity subió las escaleras lo más rápido que pudo.
Buscó la oficina de roier y tocó la puerta.—hola cabron!! Que bueno que llegaste. Ven, Spreen y yo te diremos lo que está pasando— el más grande pasó su brazo por encima de sus hombros y caminaron hacía donde estaba aquél chico, Spreen, uno de los guardias más fuertes de todos.
—bueno, quackity trajiste las hojas ¿Verdad?— quackity rodó los ojos. Ni que fuera tan idiota.
El menor se los entregó sin decir nada.
—muchas gracias pequeñin! Bueno. Esto es lo que vamos a hacer— roier suspiró—. En la madrugada, iremos silenciosamente a ...ya sabes a lo que me refiero spreen— el oso afirmó.
Quackity miró feo a roier.
—cabron no soy un bebé, se que van a partirle su madre a todos esos cabrones— spreen levantó las cejas oyendo las palabras salidas de la boca de quackity.
—¿cuántos años tenes?
—16, y recién cumplidosBueno, dejando de lado eso. Roier le dijo a spreen que prepare a todos sus hombres ya qué saldrian a las 4:00AM.
El argentino se inmutó a hacer un pulgar arriba "👍" para después largarse.
Quackity también se fue, debía ir a cuidar a su mascota.
Los dos bajaban juntitos en un silencio... incómodo.
—oye, tú no me has dicho cuántos años tienes— el oso lo miró de reojo y respondió:
—19...— Quackity se impresionó, ¿cómo uno de los pilares podía ser tan joven? La mayoría tenían de 30 para arriba.
—a vos nunca te vi pelear contra los ingleses...— el chico se rasco la nuca.
—pues...es qué ellos fueron amigos míos por un buen tiempo y.. yo todavía los quiero, no soy capaz de luchar contra ellos. No sabiendo que fueron los primeros amigos que tuve— spreen lo volvió a mirar con curiosidad.
—.. tengo que ir con los guardias, chau— spreen se despidió y se fue.
quackity volvió a su casa a ver a Tiger.
Intentó abrazar a su gato, haciendo que este le rasguñara la mano.
—puta madre... Tiger, ¿Podrías mostrarme un poquito de afecto?— el gato lo ignoró.
Quackity fue a lavarse las manos. Agarró un vaso y se sirvió un poco de agua.
Luego de un rato, su gatito empezó a ser más mimoso con él.
— tú lo que quieres es comida, cierto?— se levantó del sillón y fue a buscar el plato de su gato.
Ya no tenía nada que hacer.
se quedó mirando a la nada por un buen rato.