EL HIJO DE MI NOVIO [FYOZAI]

Natsu

Osamu y Fyodor se conocieron en la Universidad de Psiquiatría hace algunos meses. Habían comenzado a salir hace unas semanas, y en ocasiones, llegaban a moteles después de clases para satisfacer sus necesidades humanas.

Salían de uno de los moteles más alejados de la ciudad, en la poca iluminación de la noche.

Dazai creía necesitar una silla de ruedas por lo rudo que había sido el Ruso en el acto.

Fyodor sujetaba su mano y miraba con una sonrisa cálida y divertida.

— Dazai, amor, ¿Tan salvaje fui? Te ves agotado. ¿No dijiste que ya estuviste en una relación?

Dazai sonrió.

— Lo estuve. Pero yo era el activo. Nunca me habían metido semejante cosa.

— ¿No te gustó?

— Lo disfruté mucho, pero nunca imaginé que fuera doloroso.

En ese momento, Dazai recordó en mirar la hora en su reloj, el cual marcaba las 19:34.

— ¡Son las siete! D-Debo volver a casa, Fyodor. Fue un gusto hacerlo contigo. Te amo.

Dazai le robó un rápido beso en los labios a Fyodor, e iba a alejarse pronto, pero el Ruso se lo impidió, sujetando nuevamente su mano.

— Dijiste que no tenías padres. ¿Por qué debes volver? Te acompaño a casa.

— No hace falta, cariño... Mi casa está cerca de aquí.

— Iré contigo. Mientras, te preguntaré una cosa.

Hubo un silencio de segundos esperando la pregunta.

— ¿Te gustaría tener un hijo conmigo? Podríamos casarnos, vivir juntos y ser muy felices los tres, con nuestro bebé.

Propuso el azabache. La manera en que lo decía era amorosa y con el deseo de en verdad cumplirlo. Fyodor tenía el anhelo de ser padre, y si es posible de una niña. Quería hacerle peinados y vestirla como una princesa.

— Eso sería lindo pero... Está bien, te mostraré algo. Te dejaré ir a casa conmigo. Con la condición de que nada cambiará en nosotros. ¿Está bien?

★

En una casa no muy grande ni lujosa, el pequeño pelirrojo Natsu, de cuatro años de edad, acomodaba sus juguetes en unas cajas de cartón que tenía. Le gustaba ordenar antes de la llegada de su padre para que él no tuviera que recoger todo lo que tiró en el día.

Miraba el reloj, y la manecilla dónde se supone que su padre llegaba, había arrebasado la hora y estaba preocupado hasta que alguien abrió la puerta.

— ¡¡Papá!! ¡Papi!

Natsu corrió hacia la puerta con algarabía, siendo abrazado por Dazai, y observado por Fyodor.

— Mi niño, te extrañé. ¿Te divertirse en el jardín de niños, Natsu?

— ¡Sí! ¡Muy divertido, papá!

— Me alegro mucho.

La vista de Natsu contempló un par de pies, que siguió hasta dar con la cabeza de la persona que estaba parada detrás de su padre.

— Papi, ¿Quién es el señor?

"¿Señor?"

— Él es...

— Yo soy Fyodor Dostoevsky, el novio de tu papá. Eres un niño muy adorable, Natsu-kun.

— ¡Mucho gusto, señor Fyoda... Fedya... Fii...

— Mi nombre es Ruso, puedes decirme Fifi.

Los ojitos azules de Natsu se iluminaron. Le había gustado el apodo, y ese señor "Fifi" parecía ser un hombre agradable y que quería a su papá.

— ¡Mucho gusto, señor Fifi!

— Natsu, ¿Podrías ir a tu habitación un momento? Fyodor y yo tenemos algo de qué hablar.

— Sí, papi.

Natsu recogió su peluche favorito, un perro, y se lo llevó a su habitación, dejando a la pareja sola y en privacidad de platicar.

— Dazai, ¿por qué no me dijiste que tenías un hijo?

— Quise decírtelo muchas veces y en todas me interrumpiste. Tengo un hijo, Fyodor. Me casé a los quince por ese bebé cuya madre era otro chico y.. al ser muy joven, no soportó el parto y tuvo complicaciones. El niño es idéntico a él.

— Debió ser muy doloroso para tí.

— Lo fue. Y muy difícil también el criar a mi hijo solo. Mis padres me echaron después de enterarse de que Natsu venía en camino, los padres de Chūya lo echaron de la casa también, y cuando murió, dijeron cosas horribles. Aún así, yo hago todo lo posible por darle la felicidad a mi niño, porque sólo me tiene a mí.

— ¿No te importaría mucho si intento tomar el papel de un segundo padre para tu hijo?

— P-Pero... ¿Por qué lo harías?

El Ruso abrazó a Dazai y palmeaba ligeramente su espalda, sin decir una sola palabra hasta tener algo para responder.

— Si te amo a tí, tengo que amar a tu hijo. Y ese niño es adorable y te ama mucho. ¿Entonces...?

— Habla con Natsu, Fyodor. Si quieres ser su padre, tienes que ganarte su cariño y confianza primero. Te deseo mucha suerte.