Lost Together

One-Shot

El Rayo McQueen y Francesco Bernoulli eran dos de los conductores de carreras más famosos del mundo. Eran ferozmente competitivos en la pista, siempre empujándose mutuamente a sus límites. Pero lo que la mayoría de las personas no sabía era que también tenían una pasión secreta por las carreras ilegales en la calle.

Una noche, después de una carrera especialmente intensa, Lightning y Francesco se encontraron perdidos en medio de la nada. Habían tomado un camino equivocado y terminaron en un área desierta sin señal de teléfono y sin idea de dónde estaban.

Al principio, intentaron competir entre ellos, viendo quién podía encontrar el camino de regreso a la civilización más rápido. Pero a medida que las horas se convirtieron en días, se dieron cuenta de que necesitaban trabajar juntos si querían sobrevivir.

Construyeron un refugio improvisado y comenzaron a racionar su comida y agua. Pasaron sus días tratando de encontrar una salida, pero sus esfuerzos a menudo fueron frustrados por el terreno hostil y la falta de recursos.

Mientras luchaban por sobrevivir, Lightning y Francesco comenzaron a abrirse el uno al otro. Hablaron de sus miedos, sus sueños y su amor por las carreras. Se dieron cuenta de que tenían más en común de lo que habían pensado posible.

Poco a poco, su competencia se convirtió en admiración y luego en algo más. Comenzaron a verse mutuamente bajo una luz diferente, no solo como rivales sino como posibles compañeros.

Una noche, mientras se sentaban junto al fuego, Lightning se acercó y rozó sus labios contra los de Francesco. Francesco no se alejó. En cambio, envolvió sus brazos alrededor de Lightning y lo acercó. Compartieron un beso profundo y apasionado, uno que ambos sabían que lo cambiaría todo.

En los días siguientes, Lightning y Francesco exploraron sus nuevos sentimientos el uno por el otro. Sabían que no podían mantener su relación en secreto para siempre, pero por ahora, estaban contentos de estar perdidos juntos en este lugar salvaje y hermoso.

Finalmente, fueron rescatados y regresaron a la civilización. Regresaron a sus vidas como famosos conductores de carreras, pero ahora tenían algo más por lo que luchar. Continuaron compitiendo entre ellos, pero también sabían que se apoyarían mutuamente, pase lo que pase.

Mientras estaban en el podio, tomados de la mano y sonriendo el uno al otro, sabían que habían encontrado algo especial. Ya no eran solo rivales ni siquiera amigos; eran compañeros en todos los sentidos de la palabra. Y no podían esperar a ver a dónde los llevaría su viaje.