𝐄𝐋 𝐉𝐔𝐈𝐂𝐈𝐎 (Two-shot)

-1-

— Mi cliente es inocente! — Declaro una voz al aire con fiereza, tratando de ser escuchado en medio de todo ese ajetreo.

¿Que estaba pasando?

¿Como llegamos a todo esto?

¡¿Por qué querían quitarle la custodia de su hija?!

Hace tan solo unos días las cosas marchaban de maravilla. ¡Todo iba malditamente bien!

Celebró el cumpleaños de su pequeña hija compensando su ausencia de 2 días a causa de una mision peligrosa donde no podía llevarla, pues estaba la posibilidad de que le ocurriese algo malo.

( Pero no pudo protegerla bajo sus propias manos... )

Por eso cuando volvió a verla le trajo un rico pastel y con ayuda de los raros de sus amigos

( Todos fueron unos traidores que le dieron la espalda cuando más los necesitaba )

le realizaron una pequeña fiesta y de regalo una pequeña tortuga que la niña recibió muy contenta.

(Su nena...)

Pocas horas después la llevo a conocer por primera vez su casa a medio construir, pero que denotaba su esfuerzo y trabajo, juntos pasaron lindos momentos de convivencia madre/padre-hija que nunca olvidaría.

(¿Porque tuvieron que ser los últimos..?)

Incluso momentos más tarde llegó Slime; y aunque se gritaron y se dijeron las mismas estupideces de siempre al inicio...

— OLA PUTA ESPOSA!!

— ¡Escúchame perra! ¡¿Saludas a todos menos a tu hija?!

...Algo cambio en su relación ese día...

— ¡Lo demás no importa!, Nos tienes a nosotros dos...

...Ellos habían solucionado sus problemas...

De alguna forma...

— You like this, right? My fucking wife enjoys being a bitch while we have sex. (¿Te gusta esto, verdad? Mi maldita esposa disfruta de ser una perra mientras tenemos sexo)

— Ahh! Slime!

...

...

...

¡¿Entonces Por qué?!

Porqué maldita sea su vida dio un giro de 360°, y ahora mismo se encontraba siendo apoyado, en papel de abogado; por el único amigo que se quedó a su lado, Roier. Tratando de justamente abogar a su favor para ¿El regreso de su hija? ¿Su divorcio con Slime? ¿La custodia de su nena? ni el sabe que cosa. Nadie tuvo la decencia de aclararle el porqué del llamado a presentarse ante un Tribunal de justicia.

Un día le estaba llorando a la cama vacía donde antes yacía su pequeña Juanflippa, y al otro recibe una nota convocando a presentarse con un abogado al Auditorio Judicial del QSMP por una demanda de su maldito esposo ¿Aún podía llamarlo así? contra su persona.

— Silencio en la Corte! — Demandó con autoridad el Juez golpeando con su martillo desde la tribuna — Abogado Roier, le pido que se guarde sus declaraciones hasta que se le otorgue la palabra. ¡Vamos a dar inicio de una vez a este caso!

Mariana sintió como su amigo tomaba lugar a su lado cruzado de brazos y expresando una clara molestia ante el hombre con martillo en mano. Sabía que estaba nervioso por su expresión y que le estaba diciendo algo con preocupación, pero el no podía oír nada. Escuchaba pitidos zumbar por sus oídos en aquella sala llena de personas. Sus ojos se mantenía fríos y perdidos, fijos en algun punto del suelo. Y cuando recobraba algo de conciencia su mirada viajaba por los alrededores buscando insistentemente obtener alguna respuesta a sus dudas en esa mirada singular de ojos verdes que le pertenecían al hombre mitad Slime; pero nunca la encontró pues la suya siempre era esquivada por este mismo. Incluso llegó a encontrarse con la del imbecil de Foolish, que expresaba pena y arrepentímiento.

Como si hubiera sido poco que me abandonaras antes con un hijo pollo (que en paz descanse), y ahora también me dejas cuando te rogué ayuda para recuperar a mi hija.

— Mariana...     ¡Mariana...!           ¡¡Mariana, Cabrón, despierta pendejo!! ¡¿Que hacemos?!

—Ah! ¿Que? ¿Mien? ¿¿Que paso??

Mariana por fín había reaccionado y Roier le tuvo que dar un resumen rápido de la situación.
Lo que ocurrió fue que al inicio de la sesion llamaron en primera instancia al abogado del acusador para que declare en que va su demanda. Aparentemente Jaiden fue la primera abogada, por parte de Slime, que salió a exponer las acusaciones y exigencias.

Siendo las principales acusaciones: Mariana culpable de ser un padre/madre que maltrata a su hija, y además es culpable de haberle quitado su última vida.

Por otro lado las exigencias eran: El regreso de JuanaFlippa y la custodia total de esta misma para Slimecicle.

— ¡Segundo llamado a que la defensa pase frente al estrado! — Apresuró el Juez

— ¡¡Que ya voy!! ¡Mariana por favor dime algo!— Exclamó con nerviosismo su amigo

Por su parte el de cabello castaño oscuro se puso a pensar en una rápida solución para todo esto.

Sus ojos viajaban por todo el lugar como si milagrosamente la respuesta fuese a aparecer en algún momento. Hasta que por fín paso; en medio de tantas personas, ojos cafés y verdes se encontraron. Ambas miradas conectadas manifestaban dolor.
Por las ojeras que cargaban eran claras las largas horas de insomnio y llanto que habrían pasado cada uno por su parte.
La diferencia era que uno miraba con furia y resentimiento, mientras que el otro con decepción y tristeza.

— Roier — llamó con voz apagada, a la vez que sus puños se apretaban con fuerza sobre sus rodillas y soltaba un suspiro pesado cargado de cansancio y frustración — No vamos contra ellos, solo quiero a mi hija devuelta.

Roier lo miró con pena, el no se imaginaba como sería perder a un hijo pero obviamente debía sentirse como la mierda; y más encima que te acusen de ser tu el causante de dicha muerte. Él sabía que Mariana no tenía las fuerzas para luchar solo en esto, vio como todas las personas a las que recurrió a pedir ayuda se alejaban pues ya habían elegido un bando. Pero él no era así, el no dejaría solo en esto a su gran amigo. ¿Mariana no iba a luchar? ¡Pues Roier lucharía por él!
Sería su voz en todo lo que durará este caso, no sabía nada de abogacía en comparación con Quackity o Jaiden que se veían mucho mejor preparados, pero era un chismoso empedernido, y un buen orador. Usaría todo lo que esté a su alcance para sacar adelante la inocencia de su compañero casi hermano.

— Lo vamos a lograr, amigo — Animó con una sonrisa segura, pará después darle unos golpecitos en la espalda a Mariana.

Con conviccion se levantó de su lugar siendo seguido por la mirada esperanzada de Mariana, y a pasos firmes se acercó al estrado.

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