Era la tarde de un 11 de abril cuando tomé la insensata decisión de conducir en aquel Cadillac rojo, hacia un destino incierto. Me sentía tan estúpida dando vueltas por la ciudad, sintiendo como la suave brisa de verano tocaba mi rostro, secando las lágrimas que yacían en mis mejillas. Mi pecho dolía y ese vacío que se posaba en él, no daba señales de irse pronto. De fondo se escuchaba la dulce melodía del mar y de un momento a otro me encontraba de pie frente a su azul profundidad. El sol besaba al horizonte en un precioso ocaso cuando, con firmeza, arranqué por fin el nudo que acompañó a mi garganta tanto tiempo, y grité como nunca lo había hecho. Grité tan fuerte, tan contundente, tan determinantemente. Grité en nombre del rencor, del amor y la decepción. Grité por mí, por ti y por lo que nunca fuimos, pero, sobre todo, grité por la venda caída de mis ojos.
Ahora entiendo que el amor no es ese mensaje que enviabas después de tu ausencia por meses, porque sabías que siempre esaría allí para responderte. El amor no es el juicio que siempre hacías sobre mi personalidad y gustos. El amor no es palabras vacías, carentes de sentimiento. El amor no es tu papel de víctima que con tanta facilidad compraba y mucho menos, todas esas horas que esperé en vela tu llamada. El amor no es inseguridad ni confusión. El amor no era todas esas noches de llanto, encerrada en el baño, pero, definitivamente, el amor no podía ser tu nombre pronunciado en mis labios.
El amor es un lugar seguro y cálido. El amor es una sonrisa, una mirada de buenos días, un pétalo de rosa por cada beso, por cada anhelo. El amor es sincero y sereno, es una madrugada iluminada de estrellas de colores, un jardín lleno de flores. El amor es la calma después de la tormenta, la cura de tantos problemas. El amor simplemente es amor, ese que no se dice, sino que se siente, ese que es falto de comprensión.
El amor es lo que siento cuando me miro en un espejo y veo que la respuesta siempre estuvo ahí. El amor soy yo… amándome.
Escrito por: Antonella Issa.
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Recuerdos De Que Hubo Un Fin
RandomEste es el lugar en donde encontramos comienzos, en un mundo lleno de finales.