LA VISITA DE MARÍA ISABEL

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Después de su inútil e inusual búsqueda de fortuna en la mina del oro y los diamantes.

Mario (50 años)

INT. Llega a casa, va a la cocina y abre la nevera, busca algo para comer, pero no decide, vuelve y sale; aburrido va al cuarto, espera descansar, se da un duchazo y se recuesta en la cama y se sumerge en un reparador sueño.

Retoma su actividad cotidiana de salir a buscar qué hacer; pulcramente vestido sale de su casa a primera hora... evita andar por donde anda su leal compañero de vida.

EXT. intenta deshacer de su mente la razón para no querer encontrarse con Ángel Gabriel es por no contar que se retiró de la mina del oro y los diamantes sin intentar subir al trono por miedo a que no le sirviera el tabernáculo.

Cumplió su propósito de no encontrarse con Ángel Gabriel, ha recorrido el doble del camino y ha quedado exhausto y, tampoco encontró qué hacer...

Cansado y lejos de casa, se detiene en un negocio a tomarse una bebida, busca buena visibilidad a la calle y se sienta en una silla plástica, pide una gaseosa y mientras espera que se la sirvan saca un bolígrafo, hace garabatos en una servilleta, con la mirada lejana.

De repente, visualiza una luz formando la figura de una mujer, a medida que esta imagen avanza hacia él, se vuelve más clara.

· ¡Uf!, ¿qué es eso? ¡Dios mío bendito!, qué mujer tan hermosa. Jamás he visto una belleza así...

Se levanta atónito y, sin perder de vista a la mujer que se acerca, paga la cuenta. Sacude la cabeza y se frota los ojos, incrédulo, hace un gesto de sorpresa y difidencia ante la transformación de la imagen de la mujer ahora que se acerca...

· ¡ja, no lo puedo creer!, definitivamente estoy mal. ¿Qué se hizo la espectacular mujer que yo estaba viendo? Pero, caramba sí es una anciana que a duras penas puede caminar. Jajaja ya la necesidad y la frustración me está dejando ciego también o, peor aún, me distorsiona las imágenes...

María Isabel (¿?)

Se dirige a Mario, casi sin poder levantar los pies del piso para caminar. Llega casi arrastrándose, cae a los pies del hombre.

Mario (50 años)

Desconcertado, levanta del piso a la mujer y la sienta en la silla plástica. Pide un vaso con agua para darle. Asombrado observa a la anciana que vuelve en sí.

· Jamás he visto una mujer tan vieja, tiene arrugas como de trecientos años, ¿por qué inicialmente yo la vi bella y elegante?, ¿qué me pasó? ¡ah! Bueno debe haberlo sido, debe haber sido una mujer hermosa físicamente, pero hace doscientos o trescientos años como mínimo, jajaja...

· Hola señora, ¿ya se siente usted un poco mejor?, ¿quiere que la acompañe a su casa?...

María Isabel (¿?)

Contesta al tiempo que se levanta de la silla.

· Hola Mario, Te vengo buscando desde hace mucho rato.

Mario (50 años)

Impresionado al percatarse de que la mujer lo conoce, ofuscado por el trato familiar.

· ¿Y eso, a razón para que me ande buscando?, ¿si no nos conocemos o, al menos yo no la conozco?...

María Isabel (¿?)

· Si Mario, te ando buscando desde hace varios días porque tengo la misión de entregarte un mensaje, si es que te interesa o querés aceptarlo, le dice la mujer desprevenidamente al sorprendido hombre.

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⏰ Última actualización: Apr 13, 2023 ⏰

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