Isaac daría brinquitos de no ser por que sus rodillas todavía no sanaban. Tenía un revoltijo de sentimientos en ese momento, su corazón latía con fuerza y ansia, cada vez más fuerte.
Cuando divisa la tienda de hace tres días, apreta las galletas recién horneadas contra su pecho, olvidándose por un segundo que no debe aplastarlas.
Desde el día dónde el alfa desconocidos apareció, no había vuelto a ver a Daven y a su grupo.
También faltó a clases porque su madre le permitió tomar algunos días de reposo por sus lesiones. Gracias a eso se paso la mañana entera haciendo y eligiendo las mejores galletas, para dárselas como muestra de agradecimiento al alfa de aroma a naranja.
Había checado la hora para estar perfectamente antes de que su madre llegara del trabajo. El plan era simple, le daría las galletas al Alfa y regresaría antes del atardecer a su casa.
Con los nervios a flor de piel, se adentro a la tienda y la pequeña campana sonó anunciando su llegada. El omega esperaba ver al alfa rubio detrás de la caja registradora, pero con lo único que se encontró fue con una chica de piel tostada, de cabellera larga y oscura.
Ella le sonrió amablemente, y él dio un pequeño paso hacia atrás.
Trato de buscar disimuladamente el aroma que el alfa había impregnado en la cazadora que le dio, pero no había rastro allí.
«No está...» se sintió triste, y un pequeño mohín se instado en sus labios.
—¿Puedo ayudarte en algo? — dijo la voz femenina.
—S-Sí, yo... bueno no. — balbuceo y desvío la mirada al suelo cuando se dio cuenta que era una alfa. — Perdón.
Mostró su cuello sumiso por instinto, no quería que ella pensará que le había faltado el respeto y hubieran problemas.
—Ey, está bien. Levanta la cabeza, no soy de esos alfas. — dice rápidamente la mujer. — No importa, de verdad. Ahora solo respira tranquilo y habla con confianza, chico. — el omega dudoso asintió. — Bien, dime, ¿Que necesitas?
—V-Vengo a entregarle su chaqueta a Alfa. — levantó la bolsa de papel que llevaba.
—¿Alfa?, ¿Tú alfa trabaja aquí?
—Emm... no sé, él dijo que lo hacía. — abrió los ojos en demencia. — ¡No es mí alfa!, solo me ayudó cuando me tiraron y sano mis heridas, pero no lo conozco en realidad.
— ¿Entonces?
Isaac tomó aire. — Vine a entrar su chaqueta, s-solo quiero eso.
— Bueno, ¿Me dejas fijarme algo?
Isaac afirmó con la cabeza, y solo espero con las mejillas rojas por la situación.
La joven fue hacia la caja y trajo los horarios de los empleados.
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Rellenito de amor🍇
Werewolf🍇Isaac Vulpes es un omega algo rellenito, amante de las cosas dulces y un pastelero apasionado que desprende humildad, amabilidad y dulzura por donde vaya. A pesar de que por su especie, y "kilitos de más", casi siempre es humillado por sus compañ...