Capítulo 2

20 3 0
                                    

LILITH

Me quedé observando desde fuera la casa, desde un lugar en el que ellos, desde dentro, no me podrían ver. Me quedé pensando, ¿Llamo a la policía? Cuando al fin me decanté por hacerlo pude comprobar que mi teléfono móvil no estaba conmigo.

"¡Mierda, se me debió haber quedado dentro cuando lo saqué para comprobar la hora!"

Supuse en aquel momento, y otra vez, volvía a estar en la misma, ¿Que debía hacer?, No lo sabía, nunca me habían puesto en una situación parecida...

Al final decidí ir a una gasolinera no muy lejana, estaría a unos 300 metros del lugar de los hechos, por lo que no tardé más de 10 minutos en llegar, aunque eso si, fueron los 10 minutos más largos de mi vida, me parecieron horas. Me aproximé a la entrada, desde la cuál podía observar a un viejo amigo de mi padre, 

"¡BIEN! Estoy a salvo"

Pensé, por lo que entré en el local y me acerqué lentamente a él.

-¡Hola! ¿Me recuerdas?- Le pregunté simplemente para asegurarme de que era quien yo creía que era.

-Por supuesto- Se rió -Eres... Evelyn ¿Verdad?

Negué con la cabeza esperando a que dijera la opción correcta.

¡Perdón!- Se disculpó rápidamente, le sudaba todo, y tenía una sonrisa nerviosa, verdaderamente ese señor era muy raro, aunque si me servía para salir sana y salva de esa situación ese iba a ser un detalle sin importancia.

-Eres Lilith, la otra hija de Mario, joder siempre me costó diferenciaron, ¡sois iguales!- Se rió aún más fuerte, de verdad que ese hombre ya me estaba empezando a dar verdadero miedo, más raro y no nacía. Ay mi padre y su gusto para los amigos...

- ¿Por algo somos gemelas no crees?- le espeté en la cara. -Pero no vengo a discutir, necesito ayuda, ¿me podrías prestar un teléfono móvil? Es de vida o muerte.

Hasta ese momento me estaba mirando a la cara, pero fue en el momento en el que le hice la pregunta cuando abrió los ojos como platos y miró detrás de mí, dónde había una cristalera y detrás de ella había un montón de arbustos. Hice lo mismo, también vi allí, pero a mi sorpresa no había nada fuera de lo normal, solo un par de pájaros haciendo lo que se supone que hacen los pájaros.

-¿qué miras?- Le pregunté, ya hasta los ovarios de la puta vida que me había tocado, es que solo me pasaban cosas malas,  en 1 semana había perdido a mi hermana, a mi padre le habían diagnosticado un cáncer terminal, y mi madre se había ido a buscar pan 2 días atrás y todavía no había vuelto, ya no podía más, todo estaba en mi contra.

-nada, nada, toma- Me tendió el teléfono del local, ahora que lo pienso, su tono de voz era bastante nervioso y culposo, pero mi miedo le ganó al pensamiento y ni siquiera tuve la duda de que escondiera algo extraño, gran error.

Cogí el teléfono rápidamente y tras pensar unos segundos a quién podía llamar, marqué el número de mi padre, al cual temía despertar porque debía descansar, pero si no lo llamaba luego se cabrearía por no haberle avisado, y si lo avisaba ahora se cabrearía por haberlo despertado... 

Sonó el primer tono, no atendía, sonó el segundo, tampoco, el tercero, seguía sin atender la llamada, y así hasta que saltó el contestador, al cual le hablé

- Hola papá, espero que te encuentres bien, por favor, cuando puedas llámame, es urgente-

Genial, ¿a quién podría llamar ahora? pensé durante unos segundos, hasta que al final me decanté por llamar a la policía, no quería hacerlo, prefería avisar a un familiar y que el hiciera lo que mirara apropiado, pero con mi padre sobando y con mi hermana con aquel individuo no tenía a nadie que me pudiera ayudar.

Marqué el número, pero me saltó al contestador sin siquiera dar señal, genial, estaba perdida, ya me había quedado sin opciones para poder recuperar a mi hermana. Le devolví el teléfono móvil al señor, que a pesar de ser amigo de mi padre no recordaba su nombre, bueno, como él, pero ese no es el tema. Me estaba dirigiendo hacia la puerta cuando escucho de fondo

-¿Ya te vas?-

Me giré rápidamente por el susto que me había generado, pues fue un grito fuerte y que no me esperaba para nada

-Sí, me voy, aquí no pinto nada, adiós

Le dije, caminando marcha atrás y despidiéndome con un gesto rápido de mano. Me volví a dar la vuelta, ya en la puerta, dispuesta a irme, esta vez sí.



Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 21 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Qué está pasando?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora