Cap. 7 "El Mar"

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Clara caminaba por la orilla del mar junto con su bicicleta, siempre había querido comprar una motocicleta y solo andar por la orilla, parecía complicado y loco, pero sabía, en el fondo de su corazón que lo lograría.

Aun no habían dado las 12 de la tarde, pero ella ya tenía hambre. Había avanzado lo suficiente para tener la posibilidad de estar en otro estado, aun así decidió explorar un poco más adentro. Pronto llegó a una población rural; jamás había estado en una situación de ese tipo. Sabía que si se perdía, tardarían muchísimo en encontrarla y posiblemente más. Siguió caminando y encontró una zona que parecía tranquila, y ahí decidió buscar una cocina, que pronto encontró sobre la carretera.

Comió algo muy rico, aunque tenía un nombre muy raro "PERRO", todo el mundo decía "vamos a comer al perro". Clara nunca había estado en estos sitios, ni mucho menos tener familia ahí. Solo comería y avanzaría hasta tener señal de nuevo en el teléfono para pedir un vuelo a su hotel. Clara era, hasta el día de hoy, una persona medio superficial, estaba acostumbrada a tenerlo todo, incluso sabiendo que no podría obtenerlo a la primera vez; lo lograría en algún momento. Por lo que llegar a un sitio así supo que podría incluso destacar.

Comió muy a gusto y empezó a sentirse en confianza. Decidió preguntar en qué sitio se encontraba. Una chica se le quedó viendo; era o es (yo también empiezo a olvidar la historia), muy morena, alta, con un cuerpo divino, vista desde el deseo. "Estás en Veracruz", comenzó a pronunciar con el acento más veracruzano que había en el mundo.

Clara la miró a los ojos por primera vez en todo el rato que llevaba. No tenía señal, no sabía si algo importante había sucedido o si Mariana por fin se había comunicado. Estaba desesperada y, a la vez, nerviosa por la chica que la miraba. Sin doblegar un poco la mirada, empezó a decir: "¿Sí?, ¿Qué tan lejos queda...?"

"Podría llegar con su bicicleta, pero será muy complicado y tal vez no pase hoy", dijo alguien que parecía ser familiar de la chica, que era bastante grande. La chica empezó a decir: "Abuela, tranquila, dime si necesitas algo". La morena se apresuró a ayudar a su abuela y en lo que volvía seguía diciendo que sería muy complicado, que necesitaba irse en camión, lo que duraría horas.

"Está bien, no pasa nada. ¿Sabes de algún hotel o lugar donde pueda pasar la noche?", respondió Clara, finalmente sin el estrés que normalmente la caracterizaba.

"Por supuesto. Caminas todo derecho, al llegar a la barda gris, ¿si la ves?", dijo Anna.

"Sí, claro, la veo", respondió Clara, sabiendo bien de qué hablaba Anna.

"Después, a la derecha, pasando una cuadra, en la casa amarilla, ahí encontrarás un lugar donde hospedarte", dijo Anna, mientras le sonreía. Clara comenzó a platicar con Anna como a la distancia, así que obligaba a Anna a salirse para seguir con la platica. No había avanzado mucho cuando ambas se detuvieron a platicar sobre qué hacía ahí y esas cosas. Ahí supo que Anna vivía en la ciudad donde ella, porque estudiaba allá, pero eran las vacaciones.

"¿Entonces estudias arquitectura?", expreso Clara dado que Anna se había rendido y la estaba llevando a la posada
"Así es, es algo que me apasiona el porqué cada piedra en ese lugar le da un sentido distinto a cada edificio", dijo Anna mientras los ojos le brillaban
"Suena realmente hermoso, se ve que te apasiona" Clara comenzaba a cansarse de hablar pero sentía cierta culpa por empezar a preguntar
" Lo es, pero es muy probable que lo deje un tiempo, es complicado conseguir un empleo allá y aquí mi abuela me necesita", justo al terminar de pronunciar estás palabras Anna sintió que había hablado de más, no solía contarle nada a nadie y menos a una completa desconocida, pero en el fondo tenia que aceptar que Clara era hermosa y que de poderse intentaría conocerla más, mucho más.

Siempre he creído que la vida es como el mar, siempre te llevará a donde mejor le parezca. En unas ocasiones no te gustarán los caminos, en otras los amarás y no querrás irte. Algunas más, te harán llorar y habrá algunas donde te lleva con el amor de tu vida. Así le sucedió a Clara, pero su mar decidió que debía tener una última lección antes de estar con el amor de su vida.

Anna y ella estuvieron platicando durante un rato después de que Clara por fin rentara una habitación. Quedaron de verse temprano al otro día para que le explicara cómo irse a su hotel.

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ENTRE RECUERDOS Y PROMESAS: UN AMOR QUE DESAFIA EL OLVIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora