La mala suerte viene de protagonista a protagonista
Después de la última masacre en 2011Ghostface regresará para revivir las masacres de que sucede desde 1996, donde Billy loomis y Stu macher mataron a varios adolescentes. Uno por diversion y otro...
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Capítulo dos Verdades que lastiman
Hospital de woodsboro
Amber freeman
Estaba más feliz que de costumbre y eso se debe a que anoche asesine a el tipo del bar, ¿recuerdan? Obvio no, era un donadie, Vince macher, el tipo de ayer del bar por averse metido con mi novia.
Estoy dando los primeros pasos para pasar al hospital, vengo a ver a Sarah, ayer hablé con ella y me pidió que si podía venir a verla, claro que ya yo tenía planeado venir desde anoche, me detengo en la máquina de dulces y tomo dos barras de chocolates, una de chocolate blanco y uno de chocolate normal.
Después de tomar las barras de chocolate de la máquina sigo mi camino, me detengo al frente de su puerta la cual toco, escuche un "pase" por lo que abrí la puerta y le vi como le apareció una sonrisa al verme dando a notar sus oyuelos en sus mejillas.
—pensé que no vendrías.—hablo con una sonrisa sin mostrar los dientes.
—no me perdería el momento de ver que yo soy la causante de tu hermosa sonrisa.
Ella entrecerró los ojos hasta que bajo la mirada a la bolsa blanca que traía—¿que traes?
—que chismosa—murmure, sonrei divertida al ver cómo fingía estar ofendida.
—para ti, un regalo.
Ella sonrió emocionada, se cuanto le gustan los regalos y más cuando son para ella, a ella le encanta que por lo menos le den un pequeño obsequio, y a mi me encanta ver cómo se emociona cuando los tiene en sus manos, cuando los abre y cuando los ve con su ojos.
Le extendí la bolsa y como dije, ella se emocionó mientras sacaba todo de la bolsa, sonrió al ver las barras de chocolate y me miro con un brillo en sus ojos.
—¡chocolate!
—blanco y del normal, no se como se dice a ese último.
—yo tampoco, pero me encanta.—murmuro mirándome—gracias, Beer.
—no hay de que linda, ademas no es lo único—hablé sentándome a un lado de la cama—abre la caja.
Ella confundida tomó la caja de terciopelo color rojo vi cómo funcio el entrecejo lo que se me hacía tierno, ella daba tanta ternura, tanta ternura que me hizo sentir culpable por lo que estaba haciendo.
