Especial II

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Especial II: Jikooknam

Jimin siempre fue un alma libre, le gustaba saborear la libertad, las posibilidades, todo un mundo de opciones

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Jimin siempre fue un alma libre, le gustaba saborear la libertad, las posibilidades, todo un mundo de opciones. 

Cuando vió a Jungkook por primera vez le gustó tanto que se propuso a tenerlo en su cama. Aprovechando lo triste y herido que se veía el chico. 

Él solo tuvo que endulzar sus oídos y brindarle esas palabras de consuelo que su menor necesitaba. Yoongi lo había dejado y Jungkook estaba mal. Pero tampoco es que fuera un bastardo hipócrita que solo usaba lindas palabras para follarse a los chicos, en realidad a él le gustaba Jungkook, desde el primer momento, pero obviamente no lo tocó porque Yoongi estaba en el medio, y pues, además de ser amigos con derechos también eran buenos amigos, incluso mejores amigos, no podía ser tan maldito y robarse al chico de su mejor amigo.

Pero ahora que Yoongi finalmente había logrado ponerle la correa a SeokJin, no le vió inconveniente a cortejar al hermoso chico. Jimin lo llevó a su departamento y lo folló toda la noche, le gustó mezclarse con ese aroma dulce que emanaba de la piel lechosa de Jungkook. 

Volvió a llamarlo al día siguiente, y al día siguiente, y al día siguiente, hasta que se encontró durmiendo plácidamente con Jungkook totalmente desnudos después de una extensa sesión de sexo. 

A Jimin le gustaba eso, a pesar de que jamás dormía con sus compañeros sexuales. Pero sentía que Jungkook era diferente, era un chico tierno y bueno, siempre lo escuchaba cuando se andaba quejando de SeokJin. 

Porque a Jimin le encantaba quejarse de SeokJin, si no fuera por ese idiota estaría follandose a Yoongi, a veces quería ir meter su verga en ese lindo culito de nuevo. 

Jungkook siempre estaba allí para él cuando quería pasar el rato, incluso últimamente no necesitaban solo tener sexo, primero veían alguna película o salían a algún club a bailar. 

Jimin embistió fuertemente en Jungkook, el chico estaba de cuatro en su cama aferrándose a las sábanas mientras Jimin lo sostenía de la cintura y se empujaba dentro de él más fuerte. 

Le encantaba ver así a Jungkook, sus piernas eran gruesas y blanquecinas, sus glúteos grandes y suaves, con un color rojizo que es producto de las palmadas que Jimin le daba. La espalda bien definida de Jungkook y su estrecha cintura, es que no había cintura más perfecta que la de su menor.

A Jimin le encantaba hacer gemir a los chicos grandes, Jungkook era todo lo que le gustaba de un hombre, un cuerpo ni tan grande ni tan pequeño (a excepción de Yoongi, porque Jimin adoraba el cuerpo de Yoongi).

La verdad era que Jimin se sentía muy cómodo con Jungkook, incluso pensó que no necesitaba follar con nadie más que con él. Le gustaba bastante la actitud sumisa y tierna que era Jungkook. 

Quién diría que conocer al polo opuesto de Jungkook iba a llamarle tanto la atención, porque eso fue lo que pensó cuando conoció a Kim Namjoon, un hombre grande y hermoso, que destilaba dominación. Él era todo lo que Jungkook no era, dominante, arisco, y demasiado sexy, su cuerpo exudaba sexo por los poros. A diferencia de Jungkook, a quién querías mimar y adorar todos los días, a Namjoon querías besarle los pies y cumplir todas sus órdenes. 

Sex Friends © JINSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora