Capítulo 1 - Un nuevo mundo, una promesa.

72 16 26
                                    

[Ciclo novecientos siete del calendario dragón- año 6421]

***

Una brisa ligera acaricia el paisaje de un mundo amaneciente, mientras el canto de las aves se mezcla con el cielo y se pierde entre las nubes a la lejanía. Curiosas criaturas de plumas cristalinas y alas coloridas cantan en bandada cuando se alzan en armonía, emprendiendo un viaje hacia el lejano horizonte, marcando el inicio de una nueva aventura.

Mars abre los ojos con resignación y lucha contra la pesadez de sus párpados, sintiendo en su cuerpo la desgana acumulada de, lo que le parece, han sido días enteros de letargo. Siente contra su nuca y brazos la cosquilluda textura de la hierba alta y la incómoda picazón al estar recostado hace que se levante lentamente.

Sus pensamientos se vuelven cada vez más claros conforme su conciencia vuelve al cien por ciento a su cuerpo. Mira arriba y lo primero en recibirlo es un bonito cielo pintado de celeste e iluminado por la luz del amanecer, con nubes blancas, inmensas y esponjosas, nadando en el aire con tranquilidad.

Pero Mars no tarda en distraerse de esa imagen fascinante al escuchar algo desconcertante sonando a su lado: un alarido que por poco no lo hace salir corriendo.

—¡Ayuda, ayúdenme! —El grito desgarrador, cargado de un pánico y miedo genuinos, que provienen de una chica, amenaza con romperle los tímpanos al joven desconcertado, casi logrando sacarle su propio aullido de histeria. Pero Mars se contiene. Esa voz le resulta extraña y particularmente familiar.

—¡¿Alis?! —exclama tomado por sorpresa. En su apuro por comprender lo que pasa, alza por completo la parte superior de su cuerpo en un movimiento y gira el rostro para mirarla.

Tomando posición fetal en el suelo pastoso, Alis envuelve sus brazos alrededor de su cabeza y grita, súplica, con sus uñas arañando su piel. Los sollozos se intensifican una vez que su voz se va apagando y los gritos cesan.

Mars se levanta de un salto al ver a su amiga en ese estado.

—Alis, ¡¿qué pasa, estás bien?! —preocupado, no mide el volumen de su voz y sin quererlo habla demasiado alto. Alis chilla sorprendida como consecuencia y encoge aún más su pequeña figura. Está asustada, aterrorizada por las secuelas de su encuentro con el ser extraordinario, traumada por las visiones horribles que atormentan su mente.

—N-no, no, no, por favor, déjame, no quiero ir —murmura en un trance.

Mars extiende la mano intentando agarrarla de un hombro para que se calme, pero se detiene, las dudas invaden su mente por un segundo, pero la siguiente oración que sale de su boca lo hace entrar en razón.

—N-no, por favor, no, perdón, lo siento, déjame ir, lo siento, Di-o... —. Antes de que pueda terminar la última palabra, Mars la toma de los brazos, de la forma más delicada que puede, impidiendo que los arañazos continúen y haciendo que entre en razón. Sus manos son tan grandes en comparación a las extremidades de la chica que le es sorprendente, pero él la sujeta con suavidad, como si tan solo estuviera hecha de arena para no asustarla más.

—Alis, Alis, está bien, está bien, descuida, soy yo, Mars, soy el único aquí ¿me escuchas?. Ya no estás en ese lugar, Alis, ya no estás en ese lugar con "esa cosa"... estás a salvo.

No sabe si su rostro o figura servirán de algo para tranquilizarla, pero por el momento no se le ocurre nada más que hacer. No sabe tratar este tipo de situaciones ni emociones de los demás, pero piensa que al menos con él funcionaría lo que está haciendo.

Transmigrados; una historia de otro mundo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora