13 de octubre de 1921.
El otoño se hacía presente, la luna brillaba, se acercaban las noches más oscuras y más largas del año. Para la mayoría de las mujeres en cualquier día del año estarían viviendo la más dolorosa experiencia de su vida. Los gritos de dolor de una mujer hacían eco en un cuarto, que a su vez salía y hacía eco por las calles donde se encontraba.
Aquella mujer iba a por su tercer hijo.
— ¡puja mama, puja!
Hubo silencio, todo pareció ir en cámara lenta por un instante volviendo a la normalidad cuando se escucharon los gritos del recién nacido. Casi a la media noche.
En los brazos de la joven partera, se encontraba un varón, era muy delgado, respiraba con dificultad y no podía estabilizar su temperatura. El padre lo arrebato de sus brazos, envolviéndolo con una cobija; relativamente limpia, con la intensión de calentarlo.
—Está vivo, que es lo importante.
La mujer cayo profundamente dormida.
Lisandro es el nombre de aquel bebé, quien afortunadamente pudo sobrevivir, fue el único varón que paso la edad crucial de un años. Seguía siendo delgado, su cabello era castaño, su piel era bronceada, características para poder ser marginado por todo el pueblo. Él, era el hermano mayor entre otros 3 hermanos, dos hombres y una niña, quienes tenían un aspecto similar entre si, su hermana aun siendo una niña conservaba la belleza heredada de su madre al igual que su hermana mayor, quien ya no vivía con ellos.
Vivian en un barrio ubicado cerca de un pueblo provisional a varios días de la capital más cercana en Nápoles. El padre trabajaba en una fábrica, la madre al hogar. Hubo un momento de crecimiento para casi todos, aunque la pobreza reinaba.
Era 1939, Lisandro estaba pronto por cumplir sus 18 años, sin embargo, estaban pasando cosas que tenían preocupados a muchas personas, Alemania había creado un nuevo régimen del cual Italia era participe, casi cercano. También había decidido cambiar algunas cosas. Algunos esperaban que Italia no hiciera nada y si pasaba, que no envolviera a los habitantes. Lisandro pensaban mucho en su familia ¿Qué pasaría si algún día llega a faltar alguien?
— ¡ahí está de nuevo! — gritaron unos chicos detrás suya, Lisandro todos los días tomaba un camino corto de regreso a su hogar atravesando un callejón en forma de serpiente. Ya que estuvo pensando por mucho tiempo no pudo correr, fue embestido por uno de los chicos quien era muy robusto, que luego lo levanto jalándolo del cuello de su playera, otro chico de cabello casi rubio, pero más alto que todos lo tomo de los brazos estirándolo. El chico robusto lo golpeo en el estómago.
—Lisandro— hablo el tercer chico, quien era de su estatura, pero estaba mejor alimentado, su cabello era escalofriantemente negro, era el típico que aparentaba ser bueno, pero en realidad era un sádico. — creí haberte dicho que no te quería volver a ver, qui.
Lisandro no dijo nada, ni siquiera lo veía a la cara. El chico de cabello negro lo tomo del cabello levantando su cabeza y lo abofeteo en el rostro, el golpe fue tan fuerte que el chico rubio hizo una mueca de dolor. — ¡ti ll'ho detto cazzo! Martino, despójalo.
El chico robusto se acercó a él, empezó a buscar en los bolsillos de su pantalón encontrando dinero.
—eso no—. dijo Lisandro en voz baja.
—¿ah, non posso?
Estaba a punto de ser golpeado cuando el chico de cabello negro lo detuvo.
—toma todo lo que tiene y suéltalo Edoardo.
— ¿es enserio? ¿lo dejas ir así nada más? ¿Qué rayos te pasa Alejandro? — el chico robusto, Martino, lo empujo. Fue en ese momento donde el chico rubio, Edoardo, soltó a Lisandro y pudo salir corriendo.
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1922
Historical FictionLas personas nacen sin saber el propósito, por lo tanto están destinados a dejarse llevar por el destino. Pero son las decisiones que tomamos muy en contra de lo que somos las que nos libran de un destino cruel. Lisandro paso por la etapa mas difíci...