documental de simios

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-OOH TOMA ESO CHANGO- grito el dueño de la casa acelerando justo cuando el británico estuvo apunto de ganar terminando por tomar el primer lugar en aquel videojuego de carreras infantil con muñequitos diversos como princesas, fontaneros, animales y hasta seres paranormales. -TE HUMILLE- grito burlesco el de verde al moreno indignado que cambio de videojuego ya harto de las burlas, pondría un juego en el que fuera bueno.

-Chicos, voy a salir con unas amigas- aviso el pelirrojo ya en el marco de la puerta principal, ambos asintieron sin prestar mucha atención tratando de ganar en aquel juego de tenis que había colocado el de cuencas. -llegare tarde- al abrir la puerta se asusto pues el moreno había aventado por accidente el control logrando que este llegara a golpear a una de sus vecinas rubias que pasaban por ahí.

-ugh- el menor de la casa miro como la de coleta había caído al suelo mientras su novia miraba molesta al bajista -De gay a gay ofresco disculpas!- grito desde la puerta a las chicas que se marchaban una molesta y la otra sobándose el ojo.

Matt rodó los ojos largandose de ahí no sin antes entregarle el control al menor, esta vez si se fue dejando a tres chicos en la casa, dos jugando mientras que el tercero se encontraba en el laboratorio de su habitación jugando con sustancias experimentando tratando de crear venenos.

-hvilken dritt- (que porquería) quejo el científico molesto al no obtener resultados productivos que le favorecieran, dejo las cosas sobre la mesa lo cual fue un error pues al marcharse las sustancias de las botellas pequeñas rodaron chocando entre sí cayendo al suelo y vertiendo el líquido en el suelo, al menos cinco líquidos de colores distinto se combinaron creando una pequeña explosión, la explosión expulso humo el cual salió por la puerta abierta de la habitación del comunista llegando el aroma a dos machos que se distrageron.

-hueles eso?- olfateo el posible no humano interrumpiendo su gran partida.

-de que hablas?- olfateo igualmente el castaño recibiendo un dulce aroma a lujuria y dulce de cereza. -huele a..- ambos e miraron sonriendo emocionados -dulces!- como niños persiguieron el aroma por toda la casa hasta llegar a la habitación prohibida del segundo menor, los dos se miraron pensando seriamente si entrar, claro que todo tipo de advertencia la ignoraron abriendo paso a la habitación comunista embriagó se ambos con el aroma cada vez más y más deseando aquel dulce pero lujurioso aroma.

Más tarde entro el cuernudo a su habitación notando que seguía igual, el humo ya no estaba y tal parece solo había pequeños rastos del dulce aroma, se sorprendió al ver a sus dos compañeros de casa molestandose bastante por lo groseros al entrar sin su permiso.

-quien les permitió entrar aquí?- demando el militar esperando respuestas de los dos machos que le daban la espalda de rodillas junto a lo que anteriormente había sido un accidente. -hey, les estoy hablando- pateo la espalda del moreno sorprendiendo a los dos drogados que se levantaron aún de espaldas, al darse la vuelta el nórdico se espanto por notar como humo rosa desprendía de las cuencas y pupilas rosadas se habían quedado en los ojos cansados del castaño, ambos mirando con una sonrisa embobada al fumador. -que fue lo que- se interrumpió a si mismo empujando a los dos quedando en medio para ver el desastre que había creado su imprudencia, maldijo por su impertinencia pensando que ahora tendría que crear una cura de lo que sea que había hechizado a los dos simios.

El de cuencas abrazo la cintura pegando su erección contra sus muslos sacándole un gemido sorpesivo y molesto.

-hey que te pasa idiota!?- quejo al igual que se sonrojaba por las manos del artista metiéndose dentro de su ropa apretando el pecho con fuerza, este al ser muy sensible logró que el de cuernos arqueara sus cejas molesto encogiendose al toque mientras apretaba los dientes.

químicos de calor [EddTord/TomTord]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora