El pequeño Abejorro estaba sentado en su pupitre, renegando de la vida, como siempre, como podría estar alegre si todos se asustan al verlo, algunos inclusive tratan de aplastarlo, pero el pequeño Abejorro tenia un único motivo para estar ahí, su amiga Mariposa llegaría en cualquier momento, el pequeño Abejorro amaba en secreto a su amiga Mariposa, pero nunca tuvo el valor de decírselo, por que? Quien quería salir con un triste y pequeño Abejorro sin amigos, pero el pequeño Abejorro siempre estaba ahí para su amiga Mariposa, ya que ella siempre llegaba tarde, él buscaba el mejor pupitre para su amiga Mariposa, ya que ella se levantaba muy temprano para trabajar, a veces, el sueño la vencía, y el pequeño Abejorro cuidaba de ella mientras dormía, admirando la belleza de su amiga Mariposa. El pequeño Abejorro se enamoró de su amiga Mariposa por que ella siempre sonreía, sin importar cuán cansada estuviese, su sonrisa iluminaba el lugar y también el oscuro corazón del pequeño Abejorro, su amiga Mariposa siempre desbordaba felicidad y al pequeño Abejorro le hacía feliz que ella fuese feliz, la simple presencia de su amiga Mariposa hacia que el pequeño Abejorro se olvidará de su tristeza, de su rencor, de todas las decepciones que ha tenido en su vida, era la primera vez que él amaba a alguien de esa forma.
Un día el pequeño Abejorro noto que su amiga Mariposa miraba con cariño al avispón más grande del salón, el se dio cuenta de que ella nunca se fijaría en él, aun así él la amaba y estaba ahí para ella, el gran avispón tenia mucho más que ofrecerle, era alto, guapo, inteligente, y mucho mejor que el pequeño Abejorro, el pequeño Abejorro entristeció, pero supo, muy en el fondo, que eso pasaría tarde o temprano, y el pequeño Abejorro siguió ahí para su amiga Mariposa.
Un día, el pequeño Abejorro escucho decir a su amiga Mariposa que dejaría la escuela, el pequeño Abejorro entristeció mucho, en un inútil intento le dijo a su amiga Mariposa que si ella se iba él también se iría, pues ella era la única razón por la que él estaba ahí, su amiga Mariposa solo sonrió, él supo que ella no se quedaría solo por él, y el pequeño Abejorro se resignó pensando que aún podía disfrutar de su compañía el poco o mucho tiempo que le quedara.
Finalmente llego el día de despedida de su amiga Mariposa, él trato de no mostrar su tristeza, pero la tristeza escurría de los ojos del pequeño Abejorro, el trataba de que nadie lo viera, pero en realidad nadie lo veía, el lloraba su agonía desde su pupitre y nadie lo notaba. Ese día el pensó en mil formas de acabar con su dolor. Ya tenia el frasco de veneno en la mano, pero le faltaba el valor para beberlo, dejo caer el frasco al suelo, el pequeño Abejorro sabía que nunca amaría a nadie como amo a su amiga Mariposa, pero ella aun estaba allá afuera, y quizás, algún día la volvería a ver.
Al día siguiente, el pequeño Abejorro volvió a su salón, busco el mejor pupitre y lo apartó para su amiga Mariposa, esperando que todo fuera una broma broma, y ella volviera a entrar por la puerta, y él volviera a ser feliz con su sonrisa, pero su amiga Mariposa no llego ese día. Él no dejaba que nadie se sentará en el lugar de su amiga Mariposa, durante meses él seguía esperando a su amiga Mariposa, pero ella no llegaba, sin importar cuanto la esperará, cuantas lágrimas salieran de sus ojos, ella nunca llegó.
El tiempo fue pasando, el pequeño Abejorro se resignó, poco a poco fue recuperando la cordura, más no su vida, el pequeño Abejorro nunca estuvo vivo, solo su amiga Mariposa podía devolverle la vida. Un día, durante una obra escolar, una persona le dijo al pequeño Abejorro, "mira quien es", el pequeño Abejorro volteo la mirada y vio a su amiga Mariposa, sonreía como siempre, hermosa, llenando de alegría todo el lugar, el pequeño Abejorro sintió como una pequeña luz iluminó su muy oscuro corazón, pero su amiga Mariposa tenia algo diferente, algo que la volvía aun más hermosa, tenía una pequeña mariposita en sus brazos, tan pequeña y tan hermosa, la misma sonrisa y los mismos ojos que su amiga Mariposa, el pequeño Abejorro voló hasta su amiga Mariposa, la abrazo, el pequeño Abejorro sintió como si todo la oscuridad de su corazón desapareciera por la luz de su amiga Mariposa, como si todo el peso de su tristeza, odio y rencor se quitará de sus hombros, el pequeño Abejorro sintió que el tiempo se detuvo, por primera vez, el pequeño Abejorro fue feliz. Él sabia que ese día terminaría pronto, pero no se preocupo, él solo admiraba fijamente la belleza de su amiga Mariposa, trato de complacerla comprando le algodón de azúcar, a su amiga Mariposa le gustaba mucho el algodón de azúcar, le devolvió el gesto con una sonrisa, una sonrisa que el pequeño Abejorro aun guarda como su mejor recuerdo. El día llego a su fin, su amiga Mariposa volvió a su casa y el pequeño Abejorro volvió a su triste y patética vida. Pero el pequeño Abejorro le agradeció a la vida por permitirle verla una vez más, aun más hermosa.
El tiempo siguió pasando, el pequeño Abejorro siguió yendo escuela, su amiga Mariposa también volvió a la escuela, pero ya iba en otro salón, parecía haber olvidado al pequeño Abejorro, pero el pequeño Abejorro la seguía recordando con amor, y sobre todo con agradecimiento por mostrarle la felicidad.
Han pasado ya varios años que el pequeño Abejorro salio de la escuela, aun recuerda con amor a su amiga Mariposa y espera encontrarla algún día.
to KZ, Thank you and I hope someday you understand me