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𖤐

—Dios, amor, ¿estas bien? —Sasha soltó el arma, arrojándola al suelo sin cuidado, sus manos fueron hacia las mejillas de su esposa, quién rió.

—Me encanta cuando haces de chica mala...

—Dios, bebé, fue la mejor y la más aterradora cosa que hicimos en mucho tiempo —Sasha soltó una risa nerviosa, mientras desataba los nudos que retenían los brazos de la menor.

—Pero eso te excita, ¿no? —comentó Anne.

—A veces me pregunto porque me metí en esto de las parafilias y el juego de rol contigo, era un peligro, casi te mato —dijo Sasha, mientras seguía desatando, la menor estiraba sus brazos, algo entumecidos por tanto tiempo inmovilizados.

—Yo la pasé muy bien —comentó Anne con una sonrisa— Y para eso están las palabras de Seguridad, Sasha —la mayor terminó de desatar el último nudo y dejó la soga en el suelo, la castaña se abrazo a su cuello, mirandola con todo el amor del mundo.

—No puedes decirlas si te estoy ahorcando, amor.

—Quisiera que me ahorque hasta desmayarme —dijo, haciendo reír a la rubia.

—Ay, Anne... —fue a dejar besos por todo su rostro, para escuchar su linda y dulce risa, y concentrarse en sus gruesos labios que tanto amaba, aquellos que tenía la suerte de besar todos los días, y que lo hacía con gusto cada día de los últimos diez años.

Estuvieron de novias tres años antes de que Sasha se lo propusiera, Anne aceptó con todo el corazón, incluso antes de la boda, la mayor conocía las parafilias sexuales de su dulce esposa, tan tierna y adorable a la vista, poco era de esperarse que la pequeña se excitara con golpes, que con palabras bonitas.

Hacia unos cuantos años que habían comenzado con los juegos de rol, que empezaron a ir más allá de una relación de "chica mala" y "chica castigada", o de "ama" y "mascota", como eran en un principio, ahora solían arreglar historias completas como personajes de fantasía, con pasados y vidas diferentes a las que ellas tenían, hasta la idea de una captora y una secuestrada.

De alguna manera eran como vidas a parte, millones de posibilidades de haberse encontrado si el mundo fuera distinto.

Lo único que no podían cambiar, y a especial pedido de Sasha, eran los nombres, porque amaba demasiado como sonaba su nombre cuando la menor lo gemia de placer, o de dolor, y para ella, Anne siempre sería Anne, no podía decir el nombre de alguien más porque la amaba demasiado, y sabía que rompería personaje si no tenía aquel nombre.

—Oh, tu labio, ¿duele mucho? —preguntó Anne, separando el beso, acariciando sus carnosos labios con la punta de sus dedos— Oh también tus dedos, lo siento, quería hacerte enojar así era más realista —Sasha rió y negó, no era necesario hacerla enojar para que hiciera bien su trabajo.

—No te preocupes, ya lo desinfectare y se curará —Sasha le restó importancia— ¿Lista para un baño y un buen sexo vainilla?

—Eres tan cursi —Anne rió, pero asintió, era como su rutina, luego de un sexo fuerte, a Sasha le gustaba tener relaciones suaves, donde podía abrazarla y besarla por largo rato hasta que se cansaran, para luego dormir abrazadas en el confort de su cama.

—Shh, tu eres una masoquista y nunca te puedo decir nada —dijo la rubia.

—Porque soy la que manda en la relación —dijo Anne —Alguien tiene que ser la power bottom.

—Anne, me ruegas para que te asfixie hasta casi matarte.

—Exactamente —dijo la castaña, Sasha rodó los ojos, dejó un pico en los rosados labios de Anne por última vez— Te amo, Sasha —Anne apretó las mejillas de la mayor con ternura, haciendo que se sonroje fácilmente y sonría, mostrando esa gran sonrisa que le parecía tan tierna.

—Te amo más, Annie.

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roleplay ; sashanneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora