¡Los niños no duermen!

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Esa sensación de estar atrapado apareció de nuevo. Sentía como su pequeño cuerpo se congelaba por un profundo miedo. El teléfono sonó, ese brillante y rojizo teléfono de casa.

En esa pequeña habitación solo encontraban el y una pequeña mesita de madera en donde se encontraba temblando ese rojo teléfono.

Wally de verdad no quería tocarlo, tenía tanto miedo que sus extremidades empezaron a temblar como locas. Pero por alguna razón, el pequeño niño camino con lentitud a la mesa, como si fuera muy importante.

Con sus dedos amarillos tomó con torpeza ese teléfono. Se lo puso muy cerca de su oído y su boca. Aún con duda trago saliva.

°_ ¿Hoola? _° Habló tímido el peliazul. Se pudo escuchar demasiado bien como su voz rebotaba en cada pared de esa vacía habitación. De la nada, un gran ruido de portazo asusto al niño. Este miró atrás con un horrible miedo, viendo como una extraña puerta, y como la cerraduras se ponían solas.

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Sus ojos negros se abrieron del espantó, apretando su pequeña manta que tenía en manos para tomar calor. Su pijama azul marino no le transmitía ningún sensaciónde seguridad.

Su cabeza daba vueltas, se sentía muy desorientado. Un sudor frío bajaba por su rostro y cuello. Miró a sus lados rápidamente buscando consuelo de esa horrible pesadilla. Encontrándose con su peludo amigo canino que roncaba pesadamente.

Wally soltó unas pequeñas lágrimas de bebe. Acariciando un poco el pelaje azul de Barnaby para tranquilizarse, abrazándolo momentos después. Wally cerró los con intenciones de volver a dormir.

No sabia el por qué tenía feos sueños, El era un buen niño. ¿Por qué un buen niño tendría pesadillas?

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Sus párpados estaban empezando a pesar, pero por más que quisiera irse a dormir tenía miedo de que volviera a soñar. Las ganas de llorar por la desesperación se vieron reflejadas en los cristalinos ojos del chiquito.

El pequeño Wally aparto los brazos de su amigo para poder levantarse de las improvisadas camas, luego puso la almohada que estaba usando para reemplazarlo en el abrazo. Se colgó su manta favorita en el hombros, esa manta naranja con unos círculos blancos y negros en forma de ojos.

El niño de piel amarilla se alejo de sus demás compañeros dormilones. Pisando con mucho cuidado para no lastimarlos en un accidente.

Cuando este estaba lo suficientemente lejos, camino apresurado hacia la puerta. Tirando la manija con sus pequeños dedos de niño.

Volviendo su vista al enorme pasillo. Apareció enfrente una puerta con una gran flor con pétalos de arcoiris, además de que había luz debajo de esta.

Si tanto problema, Wally paso a esa habitación de la flor. Revelando que era la sala de juegos en donde jugaban con todos sus amigos y maestros de manera educativa.

Este cuarto tenía un atmósfera agradable, como salir de paseo en un campo de flores, con muchos juguetes, dibujos infantiles en las paredes y muebles adaptados para los más pequeños.

Wally miró atento a sus lados, como si estuviera buscando algo. Sabía que estaba aquí, lo presentía.

°_ ¡Solo eres tu Wally! _° Detrás de una montaña de cojines, salio una niña moustro arcoiris. Esta tenía el cabello corto rubio con una simple diadema blanca detrás de sus dos pequeños cuernos naranjas con líneas amarillas. Además de que tenía puesto un camisón blanco.

Club Anti-Siestas || AU De Welcome Home|| Wally × Julie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora