Capitulo 1

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Capítulo 1

Desapariciones

Kael bebía su café mientras revisaba las noticias del día. Leía tranquilamente, sin percatarse de la presencia detrás de él. De repente, alguien lo tomó fuertemente por los hombros y lo sacudió bruscamente, asustándolo.

—¡Ja! ¡Debiste ver tu cara, viejo! ¡Parecía que te había chupado el diablo! —dijo su compañero Natalien, riendo a carcajadas. Kael lo fulminó con la mirada. No era la primera vez que lo molestaba de esa forma.

—¿Cuántas veces te he dicho que no lo hagas? —Kael dejó su café en la mesa, perdiendo las ganas de desayunar. Natalien detuvo su risa y reflexionó.

—Como unas doce veces, pero no me arrepiento —dijo Natalien, cruzándose de brazos y mostrando sus dientes de conejo y hoyuelos en las mejillas. Kael suspiró.

—¿Me recuerdas por qué somos amigos? —preguntó Kael.

—Porque te presté dinero.

—Cierto —dijo Kael, resignado. Natalien dejó de reír y se puso serio. Sacó unos documentos y se los entregó.

—Nos dieron trabajo. Al parecer unos turistas han desaparecido en un pueblo —Kael tomó las hojas y las revisó.

**PERIÓDICO DEL AVE AZUL**

**DESAPARICIONES DE TURISTAS EN PUEBLO PEQUEÑO, ¿ASESINATO O ACCIDENTE?**

—Mmh, parece falso. Tal vez solo fueron ataques de osos o se perdieron en el bosque —dijo Kael escéptico, no era el tipo de persona que confiaba en noticias sin datos sólidos.

—No lo son. Hay fotos de los desaparecidos y no se les ha visto desde hace diez días. Sería lógico si fuera uno, pero ¿todos? Definitivamente pasa algo en ese pueblito. Creo que se llama... —Natalien forzó la vista y Kael suspiró.

—¿Olvidaste tus lentes? —preguntó Kael. Natalien asintió, riendo nervioso. Kael sacó los lentes de su amigo del escritorio y se los dio.

—¿Cómo los...? Ni siquiera voy a preguntar —Natalien leyó el periódico usando los lentes.

—El pueblo se llama Wildebell. Parece estar cerca de Forks —dijo Natalien. Kael lo miró de reojo.

—¿Wildebell? Debes estar bromeando, no hay ningún pueblo que se llame así —Kael cruzó los brazos. Natalien se levantó y buscó en la computadora. Sí existía, pero no era muy conocido, parecía ser de hace muchos años.

—Te lo dije —dijo Natalien, orgulloso. Kael le dio un zape.

—Fuera de mi silla, debemos armar las maletas. Llama a Laura para que nos acompañe, le avisaré al jefe —Kael apagó la computadora mientras Natalien se levantaba refunfuñando. Cuando Natalien salió de la oficina, Kael encendió la computadora de nuevo y comenzó a investigar sobre el pueblo sin parar.

Wildebell, según su investigación, era un pueblo alejado de Estados Unidos, cerca de Forks. La razón por la que no se había descubierto antes era porque estaba literalmente en medio de un gran bosque lleno de vida silvestre, lo que aumentaba las probabilidades de un ataque de osos a los turistas.

Kael se levantó y apagó la computadora. Guardó los papeles en un maletín pequeño para llevarlos a Wildebell y preguntar por los desaparecidos. Después de llamar al jefe, salió de la oficina. Cuando estaba por tomar el ascensor, un sonido de tacones corriendo lo detuvo.

—¡No cierres, por favor! —Kael detuvo el ascensor a tiempo y la pelirroja logró entrar. La chica suspiró mientras trataba de equilibrarse con la pila de hojas y documentos.

𝐈𝐧𝐟𝐞𝐫𝐧𝐚𝐥 𝐑𝐨𝐬𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora