KEEP ME WARM | ÚNICA PARTE

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El crudo sonido del invierno levantando la nevada era insoportable, sentía cada escarcha de hielo colarse bajo las muchas capas de abrigo que se había puesto esa mañana antes de salir a su guardia con Joel. Se abrazó a si misma mientras con la otra mano guiaba al caballo por el camino que levemente lograba divisar en medio de toda la niebla.

Se avecinaba una tormenta, lo notaba al horizonte en aquellas oscuras nubes que se asomaban entre las colinas. La luz comenzaba a escasear y pronto quedarían a la deriva si no apuraban el paso. Detrás de ella iba Joel, los dos estaban cansados, había sido un largo día limpiando el radio que se les había sido asignado y por alguna razón, todo había sido más complicado de lo habitual.

—Si no hubiera sido por esa horda ya estaríamos de vuelta en Jackson. Creo que voy a perder mis dedos porque ya no los siento.

Joel gimoteó de acuerdo.

—Nos han tomado por sorpresa, si los hubiera visto desde la torre, créeme que no habríamos venido solos. Pronto estaremos en casa de nuevo, no falta much— ¡Victoria!

El hielo bajo las piernas del caballo se quebró de repente. Pronto desapareció en el helado lago, cayendo a la profundidad. Comenzó a manotear bajo el agua tratando de llegar a la superficie pero el caballo que había caído junto a ella, por la frustración, pateó su cara bajo el agua.

Todo se volvió oscuro.

Joel no dudó un minuto y bajó del caballo para lanzarse de un chapuzón en dirección a la mujer. Rodeó su cintura al encontrarla inconsciente y volvió arriba para despertarla y refugiarla pronto del frío.

—¡Victoria, despierta!— Palmeó su mejilla, pequeñas gotas heladas caían de la punta de su nariz sobre la frente de ella. Posó sus manos en su pecho y con un par de pulsaciones considerablemente presionadas sobre este, sus ojos se abrieron.

—¡Cof, cof!— Tosió exasperada, en busca de oxígeno. Joel se dejó caer a un lado, aliviado.

—Dios, fue todo tan rápido...— Llevó su mano a su frente, siseando por el dolor que la patada habría dejado sobre ella y ojeó el lago. —¿Y Spark?

Joel alejó su vista. Victoria cerró sus ojos y dejó salir un pesado respiro.

—Son cosas que pasan. Gracias, Joel, enserio—. La mujer se puso de pie. Tendió su mano al hombre. —Vamos a buscar un lugar dónde refugiarnos, no podemos seguir adelante así, moriremos de hipotermia.

Tomó su pálida y delgada mano. Ahora, los dos estaban sobre el caballo del hombre, buscando un lugar dónde pasar la noche o la tormenta hasta que ésta calmará. Victoria se abrazó disimuladamente a la ancha espalda de Joel quién lo había notado pero no dijo nada al respecto, es más, aprovecho el calor que aquel toque le brindaba ya que sus empapadas ropas no ayudaban de mucho.

—Volveremos al chalet que pasamos unos metros atrás, allí podemos pasar la noche. Lo hemos barrido la semana pasada con Tommy, está limpio.

—Genial. Apúrate, la tormenta está acercándose.

Las riendas dieron un leve latigazo sobre el lomo del caballo que lo obligó a trotar sobre la nieve que comenzaba a ponerse agresiva por la ventisca. Cuando diviso la cabaña, entró al lugar con el caballo. Victoria bajó ágil del animal y corrió hacía las puertas para cerrarlas y trabarlas con un escritorio cercano a la puerta. Joel se encargó de la parte de abajo de la cabaña y la mujer subió las escaleras en busca de infectados o intrusos.

—Despejado— Aviso Joel por su parte.

—Aquí también— Respondió Victoria.

Cerró las ventanas y Joel se encargó de buscar algo en su mochila. Se acercó a él.

KEEP ME WARM | JOEL MILLERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora