Blue Bird

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Era 1800.

Los alfas siempre han ido al mando y los matrimonios arreglados eran el pan de cada día de la alta sociedad inglesa.

Louis acaba de entrar en sociedad esta temporada al ser un omega, su popularidad era media o casi nula y al no ser muy conocido era aún peor, aunque con todos los factores en su contra actualmente tenía tres pretendientes tras el pequeño omega. Pero su mamá ya tenía a su futuro alfa, estaba alegre de dejar a su hijo en tan buenas manos como las de Lord Brighton era hijo único, amable y encantador, sobre todo no tenía fama de borracho, o golpeador, y su familia recibía bien a los omegas, no discriminaban.

Louis estaba igual de feliz que su madre, todo era perfecto, Brighton siempre le regalaba lindas rosas amarillas y siempre le decía que él le enseñaría lo básico de leyes, una materia que era de suma importancia para el menor, pero que al ser omega se le era negado estudiar. El alfa era perfecto por qué se preocupa por que su educación siguiera creciendo, que Louis se sintiera cómodo con él y sobre todo ya habían llegado al acuerdo que solamente tendrían dos hijos, si importar sus castas no tendrían más por la salud del omega y para que no sufriera las inclemencias del parto.

Su hermana melliza Lina tenía más pretendientes, todos corrían por ella. Pero ella tenía en la mira a un alfa que era un conde, Harry Cox Conde de Regla y Torre Blanca, mejor amigo de su hermano mayor, Luke el Marqués. El conde sostendría su estatus, según sus palabras ambiciosas, o como ella decía elevaría más su estatus y jamás tendría que enfrentar las groserías e indiferencia de las personas cosa de la cual acusaba a Louis, ya que la sociedad era muy cruel con los varones declarados omegas, pero había un pequeño detalle, Harry se mostraba indiferente ante ella.

Hasta ese día, ella le suplicó a Luke que lo invitara a desayunar.

Louis no salía, muy pocos lo conocían. Su padre no lo dejaba salir mucho por qué la gente era cruel con aquellos hombres que se declaran omegas, era su bebe el más pequeño y el más consentido, todos lo amaban, bueno, Lina no tanto siempre lo molesto con que era débil y que él había deshonrado a su familia y que por eso no eran invitados a muchos bailes. El pequeño era tímido y callado, cuando había visitas prefería no salir, pero ese día él no había entendido bien que Harry vendría a casa, él entendió que Luke iría a casa del conde, en su defensa Lina no aclaró su duda.

Así que salió a desayunar como de costumbre vestido todo de azul, cuando sus ojos se encontraron con los del desconocido, ese debe ser Harry pensó. Por su lado, Harry y su alfa de inmediato lo reconocieron como su OMEGA. A los minutos Louis sintió lo mismo. 

El mundo desapareció para ellos.

Y Harry imprudente e impulsivo como siempre fue hasta Louis. Lo abrazo. Louis se quedó estático. Margot, su madre, pudo percibir que eran destinados, al igual que Leonardo, su padre.

Esto sería un escándalo.

Era uno en un millón la posibilidad de encontrar a tu destinado y más que llegará a la puerta de tu casa.

Todo se quedó silencio, el olor a nuez y magnolias, una rara, pero exquisita combinación embriagaba a Harry. Mientras que al pequeño omega lo mantenía gustoso, un olor a roble y musgo.

La cara de Lina era un poema, estaba roja de cólera, su estúpido hermano menor como siempre quitándole todo, como podría ser posible que a lo que ella llamaba la deshonra de la familia ahora sería más rico que su propia familia, su título sería superior al que ella podría ascender, lo único que pensaba era como siempre ese niño estaba arruinado su vida, Lina ya estaba llorando, pero la realidad es que la frustración y la envidia la estaba llevando a límite de sus emociones, pobrecilla desdichada que no podía ver luz en otros ojos que de inmediato la quería apagar.

Harry lo vio, era tan lindo, ¿Por qué jamás lo había visto?, donde lo habían escondido, por qué Luke jamás se lo presentó. Ahora estaba furioso por qué no lo habían dejado ver antes a su omega. Louis percibió su seño profundamente fruncido, se veía tan tierno, cedió ante su impulso de llevar su dedo índice hasta este y hacer que se relajara de inmediato.

-Omega.- fue lo primero que le dijo Harry.

-Hola, alfa, me llamo Louis.- respondió bobamente.

-Que lindo nombre, igual que tus ojos, tu boca y tus mejillas sonrojadas, qué lindo eres omega mío.- terminó por decir después de darle un beso en la frente.

Louis solo atinó a responder riéndose y escondiendo su carita sonrojada atrás de sus manitas.

Leonardo y Luke hicieron un ruido con la garganta.

-Señor, le pido que respete mi casa y las buenas costumbres, por favor.- pronunció el padre de familia.

-Claro, señor, le pido una disculpa, pero usted comprenderá.- dijo volteando a ver a Leonardo.

-Lo comprendo, pero le pido que haga las cosas bien y eso incluye soltar la cintura de mi hijo.-

Harry de inmediato se separó del omega, que solo se rio de él.

-Una disculpa, pero, pues supongo que es obvio que, quiero empezar a cortejar a Louis cuanto antes.- se volteó hacia Margot. -Me encantaría su permiso para ser considerado como uno de los pretendientes de Louis o como el único.-

-Me temo mi señor que, no es el único en la contienda por la mano de mi hijo, antes de su llegada estábamos a nada de concretar un compromiso muy ventajoso con Lord Brighton.-

Harry sabia quién era Marcus Brighton, todos fueron juntos al colegio, la verdad era que la tendría difícil, la reputación de Marcus era mejor, cualquier omega que estuviera con él tendría el cielo ganado, en cambio, él era fiestero y sin ataduras, se negaba al matrimonio, hasta hora.

-Comprendo, haré todo lo posible para hacerme merecedor de su buena voluntad y ser digno de Louis.- dijo Harry con una sonrisa apretada de labios.

Louis, solo se sonrojó y pensó en los problemas que se le avecinaban. 

Marcus, mi protegido. Ojito 

Espero les guste.

  Y ya se la saben cualquier error, díganme.