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Tan pronto llegó a su nueva casa en ese alegre vecindario puso su canasta con las compras en la mesa, corrió escaleras arriba hasta su cuarto, entro en el y se sentó en su escritorio. Mientras sacaba su querida máquina de escribir pensaba en esa chica... Sol? Lo que fuera, tenía una personalidad interesante, como el protagonista de un libro, eso le dio una idea a la escritora.
Bajó hasta la mesa donde había dejado la canasta para buscar su cuaderno donde anotaba sus ideas para su historia, después de un rato buscando se dio cuenta de algo... El cuaderno no estaba.
- "Oh Dios... Oh Dios... ¡¿Dónde lo habré dejado?!"
Volvió a su habitación y empezó a buscar como loca el cuaderno, obviamente no estaba ahí. Respiró hondo y trató de pensar con claridad.
- "Ok, [T/N] ¿Donde fue la última vez que viste tu cuaderno? Primero me levante como siempre y me arreglé para iniciar el día, después fui por la despensa a la tienda y..."
Ahí es cuando cayó en cuenta que se le había caído el cuaderno cuando había tropezado con esa chica tan interesante, Dios... ¡Pudo haber leído su cuaderno!
Decidió salir una vez más a la tienda en busca de su cuaderno mientras rezaba para que esa chica no hubiera leído el contenido de su cuaderno.
Mientras corría a la tienda pensaba en que pasillo se le pudo haber caído, recordó que se le había caído por el pasillo de las frutas, pero mientras corría volvió a chocarse con alguien, esa persona era mucho más grande que la chica sol de antes por lo que al momento de estrellarse rebotó en el cuerpo de la persona y cayó en el suelo.
- "Auch..."
- "¡Oh salchichas! ¿Se encuentra bien, señorita?"
La persona le extendió una mano a la escritora para ayudarla a levantarse, la escritora que aún seguía en el suelo miró como una enorme... Pata? Azul se estiraba enfrente de ella, al levantar la mirada se encontró con un perro gigante azul que se parecía al de un programa que posiblemente había visto en su infancia.
La escritora sonrió apenada y tomó la mano del perro, dándose cuenta de que estas eran realmente suaves como las de un peluche, el perro la ayudó a levantarse con una sonrisa, moviendo su colita feliz de haber encontrado a una nueva amiga.
- "Perdóname, estaba distraída y no me fijé por donde iba."
