Entre Lápidas y Revelaciones.

I

Las personas ocultan su auténtica naturaleza, llevando consigo una máscara en su vida cotidiana. Solo se necesita el descuido más mínimo para que se revele su aspecto más oscuro. Este fenómeno es tan frecuente que a veces olvidamos cuál es su verdadera esencia.

Mi existencia ha estado marcada de desgracias. Aunque nací en una familia que disfrutaba de ciertas comodidades, no éramos realmente ricos; teníamos lo suficiente para vivir de manera adecuada. En nuestro hogar éramos cinco, y yo ocupaba el último lugar entre mis hermanos. Las comidas transcurrían en un silencio opresivo, y a menudo me quedaba sola hasta altas horas de la noche, ya que me llevaba más tiempo que a los demás terminar. Estos días resultaban verdaderamente difíciles. Sin duda, los momentos en los que éramos invitados a eventos familiares se convertían en mi pesadilla, ya que tenía que esforzarme al máximo para encajar. 

"encajar", era una palabra muy frecuente que rondaba en mi mente.

En cierta ocasión, en la escuela, empezaron a circular rumores sobre mí, lo cual era inevitable dado que solía estar sola y no hacía el esfuerzo por socializar. Aunque había entablado conversaciones breves con algunas personas, ninguna de ellas tenía un significado lo suficientemente importante como para entablar una relación diaria. Con el tiempo, me di cuenta de que detrás de la fachada respetable de las personas en mi entorno escolar, se escondía una completa falsedad. Al observarlos detenidamente, desde sus gestos hasta sus actitudes, todo parecía ser artificial. Nadie se acercaba a mí, tal vez debido a mi aura reservada o simplemente porque temían revelar su verdadera identidad, por que con el paso del tiempo, fui testigo en varias ocasiones de su verdadero ser.